CICIG: Depende del cristal con que se mire


A mí­ también me han tildado de exceso de idealismo. Tantas veces, que ya ni me acuerdo, fuera porque siempre he propugnado por la recuperación de valores y principios en el ejercicio de las profesiones, en actividades de cualquier í­ndole, no digamos porque los funcionarios y empleados públicos invariablemente cumplan con su deber fundamental de servir a la comunidad a la que se deben. De ahí­ me nació la pregunta: ¿alguien cree que en toda esa lucha por aprobar la ley del CICIG sólo hubo puro idealismo?

Francisco Cáceres Barrios

Jamás he puesto en duda la imperiosa necesidad de combatir la impunidad, puesto que hasta los ciegos han visto que todos los chapines hemos pagado las consecuencias de una u otra manera. Igualmente, sigo pensando en la necesidad de erradicar a todos aquellos que hacen micos y pericos con los fondos públicos, tanto con aquellos que malversan 100 quetzales como a quienes lo hacen con una catizumbada de millones que van a parar a los bolsillos de los zánganos de la politiquerí­a.

Pero lo anterior no elimina las serias dudas que tenemos muchos chapines sobre que el tan mentado CICIG, haya venido a ser la panacea de nuestros males, especialmente cuando se hizo sentir el interés puramente eleccionario que se persiguió a la hora de su aprobación. ¿Hablando en plata, a usted, estimado lector, no le entró la duda que en todo este relajo que se armó no entró en juego lo mismo que ocurrió con el resarcimiento otorgado a los patrulleros civiles? Muy lejos estoy de compartir criterio polí­tico con Zury, la hija de don Efraí­n, pero tiene mucha razón cuando dijo que le parecí­a muy extraño que quienes antes se desgarraban las vestiduras en contra de los malsanos intereses del Tí­o Sam, ahora hayan sido los primeros en tenderles la alfombra roja de la bienvenida.

Es indudable que muchos están saltando de la alegrí­a ante la aprobación de la ley del CICIG, sin embargo, ¿ninguno con pleno conocimiento constitucional no pone en duda si los privilegios que tendrá el comisionado no podrí­an resultar mañana igual que haberse metido un alacrán entre la camisa? Miren qué caso: aquí­ todos pegamos el grito al cielo cuando a algún funcionario se le conceden inmunidades, ¿no les parece inaudito que a todo el personal internacional o extranjero que venga bajo el manto de la CICIG vaya a disfrutar de todo tipo de inmunidades jamás vistas en toda nuestra historia?, ¿es que a ninguno de los férreos defensores de esta comisión no se les ocurrió que eso es igual a que Bill Gates firme un cheque en blanco al primero que se le pone enfrente? Si yo estuviera en los pantalones de cualquiera de los candidatos presidenciales con posibilidad de hacerse de la guayaba, a estas alturas estarí­a pensando ¿no habremos creado cuervos que más adelante nos sacarán los ojos?