Ciberintrusión es un modo de vida


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El multimillonario Mark Zuckerberg, director general de Facebook, se autodenomina «ciberintruso».

Por BARBARA ORTUTAY NUEVA YORK / Agencia AP

Para la mayoría, ese término (en inglés «hacker») significa alguien malicioso, como los delincuentes que interceptan mensajes orales privados o villanos anónimos que desbaratan cibersitios y se entrometen en cuentas de correo electrónico.

Pero para Facebook, significa algo diferente. Es un ideal intrínseco a la cultura de la compañía. Explica la motivación para probar ideas nuevas, aunque fracasen, y para promover productos nuevos rápidamente, aunque sean imperfectos. Ese enfoque ha hecho de Facebook una de las compañías de internet más valiosas del mundo.

Los ciberintrusos «creen que todo se puede perfeccionar y que nunca hay nada terminado», explica Zuckerberg. «Se sienten movidos a arreglarlo, a menudo en la misma cara de la gente que dice que es imposible o que está conforme con el estatus quo».

Zuckerberg formuló esas afirmaciones en un brevísimo ensayo de 479 palabras titulado «El camino del ciberintruso» que incluyó en el documento que la compañía presentó a los reguladores del gobierno sobre sus solicitud para ofrecer acciones en el mercado. La compañía busca 5.000 millones de dólares de inversionistas en un acuerdo que podría valuar la firma en hasta 100 milmillones de dólares.

El ejecutivo de 27 años, que tiene acciones por 28.400 millones de dólares en el acuerdo, emplea el término «hacker» doce veces en el ensayo, y «accionista» solamente una vez. ¿Debería haber evitado esas referencias en su manifiesto de la oferta pública inicial, sabiendo que podía ahuyentar a inversionistas potenciales? Fácilmente pudo haber empleado calificativos rutinarios.

«Simbólicamente no es promisorio para Facebook y potenciales inversionistas», comentó Robert D’Ovidio, profesor adjunto de justicia penal en la Universidad Drexel, en Filadelfia, que estudia delitos cibernéticos. «Creo que quizás demuestra inmadurez de su parte».

Pero al usar el término, Zuckerberg también trata de devolverle prestigio. Para él, Steve Jobs y los fundadores de muchas de las mayores compañías tecnológicas del mundo eran ciberintrusos.

«La palabra ‘hacker’ tiene una connotación injustamente negativa al ser reflejada en los medios como gente que se infiltra en computadoras», escribió Zuckerberg. «En realidad, significa construir algo rápidamente o poner a prueba los límites de lo que puede hacerse».

Para ser objetivos, el significado del término siempre ha sido complicado. Los ciberpiratas destruyen con malas intenciones. Interceptan los correos de voz de víctimas de delitos y celebridades en busca de primicias noticiosas. Se infiltran en sistemas de seguridad para robar datos de tarjetas de crédito. Esta semana, miembros del grupo informal Anonymous penetraron cibersitios policiales en el mundo y obtuvieron acceso a datos sobre informantes del gobierno y otras informaciones delicadas.

Los ciberintrusos «buenos» también suelen infiltrarse. Pero lo hacen en nombre de la innovación. Se autodenominan ciberintrusos «de sombrero blanco» en contraposición a los delincuentes «sombreros negros».

A menudo los contratan para exponer debilidades en los sistemas de grandes empresas. Kevin Mitnick, que fue condenado y enviado a prisión en los años 90 por ciberintrusión, ahora trabaja como asesor de seguridad. Es la otra cara de la moneda de su vida pasada, cuando se pasó años robando secretos de algunas de las empresas más grandes del mundo.