Un tribunal halló culpable hoy al ex presidente francés Jacques Chirac de malversar fondos públicos para financiar ilegalmente el partido conservador que dirigió durante mucho tiempo, en un fallo histórico que repercute sobre su legado y sobre la elite francesa.
Chirac, un diplomático avezado y emblema del sistema gobernante francés durante décadas, no irá preso, pero recibió una sentencia de dos años en suspenso. Los paladines de la lucha contra la corrupción, desde hace tiempo frustrados por irregularidades en el sistema político nacional, se regocijaron con la condena.
Es el primer exjefe de Estado francés que enfrenta juicio desde la posguerra. Pero el ex líder de 79 años no intervino en el juicio debido a que los médicos determinaron que padece lagunas en su memoria.
El tribunal dijo que halló culpable a Chirac en dos casos vinculados entre sí de puestos falsos creados en el partido RPR, que condujo mientras era alcalde de París de 1977 a 1995. Fue condenado por malversar fondos públicos, abuso de confianza y conflicto ilegal de intereses.
Chirac insiste en su inocencia. Pasaron años antes de que fuera a juicio porque disfrutaba de inmunidad durante su desempeño presidencial de 1995 a 2007, en el cual condujo a Francia a adoptar el euro y se convirtió en el paladín de la oposición a la invasión estadounidense de Irak.
El tribunal dijo que tuvo en cuenta su edad, su salud y su condición de ex jefe de estado para imponer la sentencia indulgente.
Inusualmente, el fiscal había solicitado que Chirac y los otros nueve acusados en el complicado caso fuesen absueltos, aduciendo que no había pruebas suficientes como para demostrar una corrupción intencional. El tribunal disintió y dijo que su culpabilidad deriva de «prácticas prolongadas y reiteradas» de financiación ilegal para el partido.
La hija adoptiva de Chirac deploró el fallo sin poder contener las lágrimas.
«Para la familia, constituye un gran dolor que tenemos que aceptar», dijo Anh Dao Traxel a la prensa frente al tribunal. Chirac y su esposa la adoptaron cuando Traxel llegó a París en 1979 entre un grupo de refugiados vietnamitas.