Las gigantescas proveedoras de fruta Chiquita, de Estados Unidos, y Fyffes, de Irlanda, anunciaron ayer que se fusionarán para crear la mayor bananera del mundo.
El acuerdo, basado totalmente en el manejo de acciones tipo «A», significa que las dos compañías desaparecerán individualmente para convertirse en ChiquitaFyffes PLC, que cotizará en la Bolsa de Valores de Nueva York y que tendrá su sede en Dublín, una base corporativa más eficiente en cuanto al pago de impuestos.
Las dos compañías dijeron que el acuerdo —que todavía requiere de la aprobación de los accionistas y de las autoridades regulatorias en Irlanda y Estados Unidos— generaría 40 millones de dólares en ahorros antes de impuestos gracias a una modificación más eficiente de sus operaciones.
Los actuales accionistas de Fyffes y Chiquita poseerían cada uno la mitad de la operación combinada, que se espera que genere ingresos anuales de 4 mil 600 millones de dólares.
Las dos compañías informaron que la fusión creará una bananera gigante con embarques superiores a 160 millones de cajas anuales en todo el mundo, alrededor de una cuarta parte más que cualquiera de sus principales rivales: Dole y Del Monte. ChiquitaFyffes también se convertiría en el tercer mayor distribuidor de piñas y melones en el mundo.
Las acciones de ambas compañías subieron súbitamente, particularmente la irlandesa Fyffes, pues el acuerdo anunciado el lunes valuó las acciones de a Fyffes en 1.22 euros (1.66 dólares). El papel de Fyffes subía 46% a 1.30 euros (1.80 dólares) en la Bolsa de Valores de Irlanda. Chiquita subía casi 13% a 12.20 dólares en Nueva York.
Fyffes es el mayor importador de bananas de Europa y la marca más antigua del sector, que data de 1929. El ingenio irlandés acostumbra citar que la fuerte presencia de la empresa en Irlanda prueba que Irlanda misma es una república bananera. La compañía goza de los derechos exclusivos de exportación para Belice, fronterizo con México y Guatemala.
David McCann, presidente de Fyffes, será el director ejecutivo de la nueva compañía, mientras que el director ejecutivo de Chiquita —con sede actual en Charlotte, Carolina del Norte— Ed Lonergan, se convertirá en su presidente.
Lonergan agregó que la operación crea una «alianza estratégica natural» que combinará dos empresas complementarias que trabajarán para darle a sus clientes «una mezcla más diversa de productos y una mejor elección».
Sin embargo, no se espera que los compradores en Estados Unidos y Europa —acostumbrados a ver plátanos con las pegatinas azules de Chiquita o Fyffes— noten alguna diferencia. Las dos marcas se seguirán manejando por separado.