China supera a gigantes petroleros


China se convirtió esta semana en el primer operador extranjero en el sector petrolero en Irak, superando a los gigantes occidentales en un paí­s que posee las terceras mayores reservas probadas de crudo del mundo.


«Lo que es sorprendente es la fuerte entrada de las compañí­as chinas, cuando Irak era hasta la nacionalización total del petróleo, en 1975, un coto de los británicos», señala Ruba Husari, fundadora del portal especializado Iraq Oil Forum.

La compañí­a china CNPC, asociada con la británica BP, firmó el martes el acuerdo definitivo para desarrollar en Rumaila (sur de Irak) el mayor campo petrolí­fero del paí­s, con reservas estimadas en 17.700 millones de barriles.

El contrato de servicio de CNPC tiene una duración de veinte años y la posibilidad de extensión de otros cinco. La CNPC es accionistas del consorcio en un 37%, BP con 38% y el gobierno iraquí­ con 25%.

El objetivo es aumentar la producción de un millón a 2,85 millones de barriles por dí­a en un plazo de seis años, indicó a la prensa el ministro iraquí­ del Petróleo, Hussein Chahristani.

La CNPC está ya implantada en el centro del paí­s, ya que fue la primera compañí­a que firmó un contrato de explotación después de la caí­da del régimen de Saddam Hussein, hace seis años.

En agosto de 2008, obtuvo los derechos de explotación del campo de Al Ahdab, cerca de Kut, 220 km al sur de Bagdad, de reservas estimadas en mil millones de barriles, y se comprometió a invertir en él 3.000 millones de dólares.

Se trata del único contrato firmado en 1997, en tiempos del gobierno de Saddam Hussein, que el nuevo régimen renovó tras renegociar sus condiciones.

«En 2011, produciremos 40.000 b/d y en seis años 115.000 b/d», declara el director general de CNPC, Jiang Jemin, acotando que desea dar un «buen ejemplo para la reconstrucción de Irak».

La voluntad de China de implantarse en Irak se manifestó en la primera licitación de junio. Cuatro compañí­as chinas seleccionadas, la CNPC, la CNOOC, la SINOCHEM y la SINOPEC, formaron parte de los 14 consorcios formados para la competición y, con sus asociados, llegaron en primer lugar en seis de los ocho campos concernidos.

Esa voluntad de estar presente en Irak llevó a la SINOPEC a implantarse en Kurdistán comprando la compañí­a ADDAX, recuperando con ello de hecho los derechos de exploración y de explotación en la región autónoma del norte del paí­s. Esto produjo la cólera del gobierno central, que la excluyó de las próximas licitaciones.

Contrariamente a las grandes compañí­as occidentales, la CNPC y BP consideraron que más valí­a aceptar las condiciones iraquí­es, pese a que no estaban a la altura de sus expectativas, que perder ese mercado.

«La estrategia china consiste en implartarse en los paí­ses productores de petróleo para garantizar su seguridad de aprovisionamiento a largo plazo. Estas compañí­as no tienen las mismas obligaciones que sus rivales occidentales, que deben producir beneficios para satisfacer a sus accionistas», explica Ruba Husari.

La experta estima que «esas compañí­as públicas chinas actúan en el marco de intereses de Estado y no en la lógica del puro beneficio. Aceptan ganar menos si eso garantiza» a las firmas y productos chinos «una parte del mercado iraquí­».

Los chinos tienen la intención de mantener la misma estrategia en la segunda licitación, prevista en Bagdad el 11 y el 12 de diciembre, que concierne diez contratos de campos no explotados. A raí­z del éxito de su alianza con BP, recibirán sin duda propuestas de otras compañí­as extranjeras para integrar sus consorcios.