Los inversionistas chinos tratan de atenerse a las reglas cuando gastan dinero en el exterior, dijo hoy el presidente de uno de los bancos de inversiones en capital privado más grandes de China durante el Foro Económico Mundial de Davos, donde se busca que el país asiático ayude a apuntalar la economía global.
Los temores de que la desaceleración europea perjudique a las economías más fuertes dominan las discusiones esta semana en el centro de esquí alpino de Davos. Los asistentes volvieron su atención a China hoy, aunque algunos temen su poderío creciente.
John Zhao, director general de Hony Capital, dijo que los prejuicios sobre las inversiones chinas son injustos, pero reconoció que algunas compañías están apenas aprendiendo unas reglas de juego que buena parte del mundo aplica desde hace décadas.
Desde hace algunos años, compañías privadas y públicas chinas han utilizado sus reservas enormes para comprar empresas e invertir en bonos soberanos extranjeros, pero ante la inundación de sus países por el torrente de dólares provenientes de China, algunos gobiernos acusan a Beijing de explotar la debilidad económica ajena para apoderarse de recursos naturales y tecnológicos valiosos a un precio vil.
Washington ha acusado reiteradamente a China de violar las reglas del comercio mundial al otorgar protección desleal a sus compañías y trabajadores.
«La amplia mayoría de las compañías chinas tratan de acatar las reglas tal como las entienden», dijo Zhao, cuya compañía controla la fábrica de computadoras personales Lenovo, que compró la división de computación de IBM en 2005. «Pero muchas compañías chinas todavía están tratando de aprender las reglas».
El director general de la Organización Mundial de Comercio, Pascal Lamy, dijo que China seguirá padeciendo «problemas de percepción pública» a raíz de sus inversiones en el exterior.
«En los próximos años, a medida que las inversiones chinas crecen y crecen… tendremos turbulencias políticas del mismo tipo que tuvimos sobre el comercio en los últimos 10 años».
El director general de la bolsa electrónica Nasdaq, Robert Greifeld, dijo que las compañías chinas no son las únicas que se han ganado mala fama.
«En el mundo occidental tenemos una larga tradición de fechorías empresariales», dijo. Citó como ejemplo a la estadounidense Enron y la italiana Parmalat, que se hundieron después de ocultar durante años enormes déficits.