China, cuarta potencia económica del planeta por su PIB, registró un crecimiento de 10,7% en 2006, el más fuerte en 11 años, y se encamina a partir del próximo año a ocupar el tercer lugar entre las economías mundiales.
El Producto interno bruto (PIB) chino sumó 20,94 billones de yuanes el año pasado, o sea 2,68 billones de dólares a una tasa promedio de 7,8 yuanes por dólar en 2006, según las cifras divulgadas hoy por la Oficina Nacional de Estadísticas (BNS).
Se trata del cuarto año consecutivo en que se produce un crecimiento de dos dígitos del PIB chino.
A este ritmo, la actual cuarta economía mundial podría desplazar en 2008 del tercer lugar a Alemania, cuyo PIB sólo aumentó 2,5% el año pasado. Estados Unidos y Japón son la primera y segunda economías mundiales.
«Es posible» ocupar ese tercer lugar «si China mantiene un crecimiento de 8-10%, mientras el crecimiento en Europa gira en torno al 2%», opina Sun Mingchun, economista de Lehman Brothers.
El director del BNS, Xie Fuzhan, se abstuvo sin embargo de hacer previsiones para 2007.
Preocupado por obtener un desarrollo más equilibrado, el gobierno chino había deseado a comienzos del año 2006 contener el alza del PIB en 8%.
Si las autoridades se congratulan en general por el crecimiento, prueba de un fuerte desarrollo económico, a la vez se preocupan por la calidad de ese desarrollo, que por ahora sigue muy centrado en las inversiones y las exportaciones y no lo suficientemente en el consumo interno.
Para ello, se reforzó el control macro-económico, limitando el crédito que alimenta las inversiones, adoptando medidas fiscales o administrativas, además de proceder a dos alzas de las tasas de interés.
Sin embargo, pese a esas medidas, el año pasado China registró un excedente comercial récord de 177.470 millones de dólares, o sea un aumento del 74% en términos anuales. Ello inyecta liquidez al sistema, y facilita los créditos.
En 2006, las inversiones en capital fijo crecieron un 24%, o sea dos puntos porcentuales menos que en 2005, pero muy por encima del objetivo de 18% fijado por el gobierno el año pasado, pese a un ajuste del crédito.
No obstante, Xie Fuzhan opinó que la política de contención del gobierno había dado sus frutos. Prueba de ello, según él, es la moderación de los indicadores a fin de año, como el PIB, que aumentó un 10,4% en el último trimestre de 2006, contra 11,5% en el segundo trimestre.
«Hemos evitado que el muy rápido crecimiento se convierta en un ’recalentamiento’» de la economía. «Aunque nuestro crecimiento es fuerte, sigue siendo estable, y la calidad del crecimiento ha mejorado», afirmó el director del BNS.
Xie subrayó sin embargo varios problemas persistentes: «la relación irracional entre las inversiones y el consumo, la abundancia de liquidez, así como la dificultad para ahorrar energía y reducir las emisiones contaminantes».
China registró un crecimiento de 10,7% en 2006 y con dos cifras por cuarto año consecutivo, anunció hoy la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
El producto interno bruto chino alcanzó 20,940 billones de yuanes el año pasado, o sea 2.688 millones de dólares a una tasa promedio de 7,8 yuanes por dólar en 2006.
El crecimiento chino fue de 10,4% en 2005, 10,1% en 2004 y 10% en 2003, según cifras oficiales recientemente revisadas.
En el cuarto trimestre del año pasado, el PIB aumentó en un 10,4%.
Si mantiene este ritmo, la cuarta economía del mundo podría despojar del tercer lugar a Alemania en 2008.
Preocupado por un desarrollo más equilibrado, el gobierno chino había deseado a comienzos del año 2006 contener el alza del PIB en 8%.
Si las autoridades se congratulan en general por el crecimiento, prueba de un fuerte desarrollo económico, a la vez se preocupan por la calidad de ese desarrollo, que por ahora sigue muy centrado en las inversiones y las exportaciones y no lo suficientemente en el consumo interno.
Hace poco, ante los cuadros del Partido Comunista Chino, el ministro de la Comisión Nacional por la Reforma y el Desarrollo, Ma Kai, estimó que «el precio que hay que pagar por el crecimiento económico es demasiado elevado».
En 2006, las inversiones en capital fijo saltaron en un 24%, o sea dos puntos de porcentaje menos que en 2005 pero ampliamente por encima del objetivo de 18% fijado por el gobierno el año pasado, pese a un ajuste del crédito.
La producción industrial se estableció en 12,5%, la inflación quedó contenida en 1,5% y las ventas al detalle aumentaron en 13,7%.
Los ingresos per capita en zonas urbanas progresaron en un 10,4% tras inflación y en un 7,4% en el campo.
«Las cifras de 2006 muestran que la economía nacional se mantiene con un ritmo sostenido, con mejores rendimientos, una tasa de inflación baja y mayores beneficios para la población», afirmó el director de la ONE, Xie Fuzhan, al comentar los resultados en una conferencia de prensa.
Aunque estimando que las medidas de macrocontrol habían permitido evitar el recalentamiento, Xie subrayó varios problemas persistentes: «la relación irracional entre las inversiones y el consumo, los desequilibrios y la abundancia de liquidez del sistema bancario, así como la dificultad para economizar la energía y reducir las emisiones contaminantes».
El año pasado, China registró por otro lado un excedente comercial récord de 177.470 millones de dólares, o sea un salto de 74% en términos anuales, según las cifras de las aduanas publicadas a comienzos de enero.