La versión china de lo que en el resto del mundo es Twitter estuvo ayer muy activa gracias a las medallas de oro que obtienen sus atletas en los Juegos Olímpicos de Londres, un reflejo del estado de ánimo digital de la nación.
Tal volumen se vio encendido antes sólo por un mortífero accidente de trenes de alta velocidad y la indignación por la contaminación de las fábricas.
Lanzado en 2009, Sina Weibo, el microblog puntero de China, ha dado un megáfono digital a más de 300 millones de chinos, por lo que muchos se preguntan si podría ser un agente de cambio social al estilo de la Primavera Árabe, con cambios políticos y reformas democráticas. Otros la consideran una nueva herramienta de vigilancia del Partido Comunista en Beijing.
«Uno se entera de lo que dice la gente y… es un modo en el que la clase media ventila sus frustraciones», dijo Michael Clendenin, director gerente de RedTech Advisors, una empresa de investigación con sede en Shanghai. «Es mejor dejar que la gente tenga una válvula de escape que pueda ser controlada de alguna manera y borrarla, en lugar de que se congreguen frente a tu sede 500 mil estudiantes», agregó.
Weibo sufre una enorme censura. Sina Weibo emplea unas mil personas que vigilan el mundo de internet, examinando material delicado perdido por los filtros de palabras clave, que eliminan de inmediato. Con frecuencia eliminan cuentas enteras. El gobierno obliga a Sina y otras empresas de internet a hacerlo por cuenta propia y a su propio coste, bajo amenazas de multas y cierre si no lo hacen.
El gobierno cuenta igualmente con un cuerpo especial de Policía que patrulla internet, que al parecer suma decenas de miles de agentes que vigilan la red y su población de 485 millones de chinos. Cuentan incluso con una mascota, un par de agentes de cartón llamados Jingjing y Chacha, un juego de palabras que en la lengua mandarín equivale a Policía.
Sina cuenta con rivales nacionales que ofrecen su propio weibo, que en chino significa microblog.