El Partido Comunista chino defenestró a uno de los políticos más poderosos del país hoy luego de semanas de conjeturas desde que un colaborador de confianza pidió asilo en un consulado estadounidense.
El consiguiente escándalo afectó la inminente transición en la conducción del país, que se produce una vez por década.
La decisión de reemplazar a Bo Xilai aparentemente pone fin a la carrera pública a uno de los políticos más ambiciosos y ostentosos del país, cuyos problemas han dominado las discusiones políticas en las últimas semanas.
Considerado candidato a una banca en el todopoderoso Comité Permanente del Buró Político durante la transición prevista para los últimos meses del año, Bo fue reemplazado como secretario del PC de la ciudad de Chongqing por el viceprimer ministro Zhang Dejiang, informó la agencia noticiosa oficial Xinhua en un informe de una sola línea el jueves.
La remoción de Bo probablemente incitará a la competencia por las bancas en el Comité Permanente. Pero también pondría fin a las especulaciones en torno a su destino que se habían convertido en una verdadera obsesión entre los que siguen la política china, hasta el punto de prestar escasa atención a la sesión anual del Congreso Nacional del Pueblo, la legislatura china.
Zhang, el reemplazante de Bo en Chongqing, es un especialista en economía con larga trayectoria en las provincias pujantes de Zhejiang y Guangdong.
No estaba claro si Bo seguía estando entre los 25 miembros del Buró Político.
Su reemplazo probablemente se debió al escándalo de Wang Lijun, el jefe de Policía escogido por él para reprimir a las pandillas de Chongqing y los políticos y Policías que las protegían.