China confirmó hoy por primera vez que realizó un ensayo de un arma antisatélites, pero aseguró que no quiere participar en una carrera armamentista en el espacio.
«En lo que concierne al ensayo, China ya informó a otras partes, incluido Estados Unidos», declaró Liu Jianchao, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, durante una conferencia de prensa.
«Pero China quiere subrayar que siempre defendió un desarrollo pacífico del espacio y se opone a una carrera armamentista en el espacio», añadió.
«China nunca participó y no participará jamás en ningún tipo de carrera de armamento en el espacio», insistió.
La noticia, anunciada el viernes por un alto responsable de la Casa Blanca, despertó la preocupación de varios países, incluidos Estados Unidos, Japón, Australia, Corea del Sur y Canadá.
Pero las autoridades chinas no habían reaccionado oficialmente, contentándose con recordar su compromiso de una utilización «pacífica» del espacio.
Al ser Consultado hoy sobre el tiempo que su país se tomó para confirmar esta información, Liu Jianchao afirmó que «China no tiene nada que ocultar».
«Luego de que las partes involucradas comunicaron sus inquietudes, respondimos rápidamente», aseguró.
«Sobre este tema, China adoptó una actitud responsable», dijo.
Tras una información aparecida en primer lugar en el semanario Aviation Week, un alto responsable de la Casa Blanca anunció el viernes que las agencias de espionaje estadounidenses habían constatado que China ensayó con éxito el 11 de enero un arma capaz de destruir satélites.
Según la misma fuente, durante este ensayo los chinos destruyeron uno de sus viejos satélites meteorológicos con una carga lanzada por un misil balístico. La colisión tuvo lugar a unos 800 km sobre la Tierra.
Ayer, el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, indicó que las autoridades chinas habían planteado el fin de semana sus posiciones sobre el tema al secretario de Estado adjunto para Asia, Christopher Hill, de visita en Pekín en el marco de una gira regional destinada a reactivar las negociaciones multilaterales para tratar de convencer a Corea del Norte de que renuncie a la bomba atómica.
Según McCormack, Hill pidió a sus anfitriones chinos «más transparencia», no sólo en lo que concierne a este ensayo sino en su programa espacial en general.
El gobierno comunista chino siempre consideró como una amenaza los satélites estadounidenses que la espían de forma permanente. Por esta razón, desde su lanzamiento en 1956, el programa espacial chino es controlado de manera férrea por militares.
China lanzó su primera misión habitada al espacio en 2003, sumándose a Estados Unidos y Rusia en el exclusivo club, para desesperación de Japón.
En 2005 realizó un segundo vuelo orbital con dos astronautas y espera lanzar una segunda sonda no habitada a la Luna de aquí al 2010, así como construir su propia estación espacial.
China sólo consagra unos 500 millones de dólares anuales a sus programas espaciales, según cifras oficiales, contra los 17.000 millones del presupuesto de la NASA estadounidense para 2007.