China aprueba su primera ley antimonopolio


Reformas. Las autoridades chinas han impulsado una serie de modificaciones al sistema comunista del paí­s.

China se dotó el jueves de su primera ley antimonopolio, preparada durante 13 años, y que servirá para endurecer las condiciones de compra de las empresas chinas por parte de extranjeros.


La legislación adoptada por el Parlamento, prevé que, previamente a cualquier fusión o adquisición por parte de empresas extranjeras, se abra una investigación sobre seguridad nacional, además de verificar posibles monopolios.

Estas precauciones, según varios analistas, se deben al temor de China de perder campeones nacionales en un momento en que su economí­a, a punto de convertirse en la tercera del planeta, ha dejado de necesitar capitales extranjeros y se enfrenta a un exceso de liquidez.

Ante el espectro de multinacionales deseosas de engullir a compañí­as chinas, más de una adquisición o tentativa de compra originaron desde hace dos años discursos nacionalistas.

Ese fue el caso del fondo de inversiones estadounidense Carlyle, que lanzó una oferta sobre el constructor de maquinaria Xugong.

«No se trata sólo de defenderse ante los extranjeros. La ley permite además a las autoridades gestionar los monopolios de sus grandes compañí­as estatales», asegura Shen Minggao, analista del grupo bancario estadounidense Citi.

Pese a felicitarse por la adopción de un texto destinado a asentar las bases de una competencia sana, tanto la Cámara Europea de Comercio e Industria como su homóloga estadounidense solicitaron, en sendos comunicados, algunas «aclaraciones» al respecto.

La entidad europea expresó su deseo de que «esta ley constituya un marco legal transparente y coherente» para que las empresas «puedan evaluar la conformidad de sus acuerdos y las actividades de fusiones y adquisiciones».

Sin embargo, la Cámara Europea pidió también «la publicación rápida de directivas basadas en modelos económicos (…) y una mayor aclaración de los procedimientos de examen de la competencia».

Por su parte, el presidente de la AmCham de Estados Unidos, James Zimmerman, subrayó que, pese a tratarse de «un paso positivo para el desarrollo en curso de una economí­a de mercado», éste es «sólo el primero hacia el establecimiento de un régimen competitivo completo».

«Esperamos que, con la ley en la mano, las autoridades de la competencia se basen en principios económicos modernos y en las prácticas internacionales en vigor», agregó Zimmerman.

Las empresas extranjeras se lamentan a menudo de la falta de legibilidad de las reglamentaciones chinas.

El jueves, un portavoz del ministerio de Comercio, Wang Xinpei, eludió comentar el impacto de la ley sobre las compañí­as extranjeras y prefirió centrarse en sus beneficios para los consumidores chinos.

Xinpei explicó que la legislación permitirá evitar los acuerdos ilí­citos que «perturban el orden del mercado», como ocurre en otros paí­ses.

«Esperamos que, con la ley en la mano, las autoridades de la competencia se basen en principios económicos modernos y en las prácticas internacionales en vigor».

James Zimmerman, presidente de AmCham de Estados Unidos.