Chilenos van a las urnas a elegir entre Frei y Piñera con final de infarto


Simpatizantes del izquierdista Eduardo Frei utilizan una señal de tránsito a favor de su campaña. FOTO LA HORA: AFP RODRIGO ARANGUA

Los chilenos definirán el domingo a su próximo presidente entre el derechista Sebastián Piñera y el representante de centro izquierda Eduardo Frei, quienes libran una estrecha batalla por los votos con final de pronóstico reservado.


La votación está prevista para iniciar a las 07H00 locales (10H00 GMT) y el cierre de urnas será nueve horas después.

Unos 8,3 millones de chilenos deben elegir si, de la mano del millonario empresario Piñera, dan un giro a la derecha tras dos décadas de dominio de la centro izquierda, o se deciden por la continuidad a través de Frei, un ex presidente demócrata cristiano (1994-2000) que representa a la Concertación, la coalición de cuatro partidos que está en el poder desde 1990.

Ambos están en situación de empate técnico, según el último sondeo conocido el miércoles, de la consultora Mori, que le dio a Piñera un 50,9% frente a un 49,1% de Frei, con un margen de error de un 3% que impide anticipar a un triunfador.

Piñera cabalgaba con una relativa holgura tras haber derrotado en la primera vuelta a Frei (44% contra 30%) y con encuestas a comienzo de enero que le otorgaban una ventaja entre 5 y 6%, pero el último sondeo cambió totalmente el panorama y le inyectó una dosis de entusiasmo al oficialismo.

Casi en paralelo, Frei recibió otra buena noticia. El candidato disidente de izquierda Marco Enrí­quez, que en la primera vuelta obtuvo un codiciado 20%, le entregó su apoyo para el balotaje.

Por primera vez el casi seguro triunfo de Piñera quedó en duda, aunque la derecha mantiene la mejor chance, según analistas.

La incertidumbre transformó las buenas maneras previas de la campaña en recriminaciones y declaraciones destempladas entre jueves y viernes.

La presidenta Michelle Bachelet, ya bastante comprometida en favor de Frei al igual que muchos funcionarios, cuestionó que Piñera no se hubiera desprendido de algunas de sus empresas antes de postular, y eso generó la ira del empresario.

«Es abusivo lo que ha hecho el Gobierno, uso y abuso de los recursos públicos, de las instituciones públicas e incluso de los funcionarios públicos. La campaña de intervención que ha hecho no es justa y no es limpia», se quejó.

Luego contraatacó señalando que a la gente de la Concertación no le harí­a mal salir del poder para «vivir la vida normal» y «trabajar en forma honesta».

«Yo le recomendarí­a al candidato de la derecha un Armonyl (tranquilizante) y tranquilidad, que no siga insultando. Mucha prepotencia y arrogancia no es bueno», le respondió Frei.

Para el cientista polí­tico de la Universidad de Santiago, Bernardo Navarrete, «lo que observamos hoy es un Frei muy contento y un Piñera inseguro, que por primera vez está sintiendo que puede perder la elección presidencial en segunda vuelta».

«Frei tiene posibilidades reales de ganar este próximo domingo», agregó.

«Frei fue capaz de acortar la distancia y ahora está en situación de empate técnico. Las probabilidades más claras las tiene Piñera, pero claramente Frei puede ganar. No serí­a una sorpresa» si esto último pasa, señaló de su lado a la AFP el politólogo Mauricio Morales, de la Universidad Diego Portales.

Con todo, ningún sondeo o estudio ha vaticinado el triunfo de Frei, matiza el politólogo Ricardo Israel: «todos los datos indican una leve ventaja para Piñera», recalcó este analista de la Universidad de Chile.

En este incierto escenario ambos candidatos salieron en los últimos dí­as a la conquista de quienes votaron nulo y blanco en primera vuelta, y a asegurar que haya suficientes apoderados en las mesas de votación que garanticen la transparencia del sufragio.

«Si anulas, tú eres nulo», señala una propaganda de Frei, el más insistente en llamar a marcar una preferencia el domingo.

El gobierno se ha comprometido a entregar los primeros cómputos oficiales a partir de las 22H00 GMT.

PIí‘ERA El as de los negocios


Sebastián Piñera, un millonario empresario con helicóptero propio, dueño de un canal de televisión y un club de fútbol, sueña con el retorno de la derecha a Chile tras 20 años de gobiernos de centro izquierda.

Sus aliados lo consideran una persona hábil en los negocios, aunque sus adversarios dicen que es calculador e indolente a la hora de amasar fortuna, tanto que en la campaña surgió el apelativo de Sebastián «Piraña» en internet.

Con 60 años, es la segunda vez que se postula a la presidencia tras perder en 2005 ante la actual mandataria, Michelle Bachelet.

Como empresario, amasa una fortuna de 1.200 millones de dólares, con intereses en casi todas las áreas de la economí­a chilena, lo que ha generado dudas sobre si ello es compatible o no con el cargo de presidente.

Accionista mayoritario de la aerolí­nea LAN, propietario del popular club Colo Colo -del que no es hincha- y dueño del canal Chilevisión, entre otras propiedades, se ha hecho acreedor al apelativo de «el Berlusconi chileno», en alusión al primer ministro italiano.

«Preocupa la relación entre polí­tica y negocios. í‰l tiene interés en sectores regulados por el Estado chileno y también en empresas de otros paí­ses. Ello puede influir mañana en sus decisiones», asegura el senador Jorge Pizarro, jefe campaña del candidato oficialista, Eduardo Frei.

En abril de 2009, para acallar crí­ticas, Piñera delegó la administración de gran parte de su fortuna en una figura de fideicomiso ciego, donde no interviene en las decisiones de negocios.

No obstante, mantiene su propiedad sobre LAN, la que, dice, venderá antes de asumir el mandato el 11 de marzo, si resultara electo.

«Claramente, el tema de negocios y polí­tica afecta a los votantes de Frei más que a los de Piñera. Los votantes de Piñera no lo ven como un problema», explica a la AFP la directora de la Encuestadora Mori, Marta Lagos.

«Para muchos, incluso, si Piñera es capaz de crear riqueza para él, muchos pueden pensar que también puede hacerlo para todos», recalca Lagos.

Considerado frí­o y poco afectuoso, durante la campaña, Piñera pasó a mostrarse cariñoso con la gente en distintas actividades, rodeado de su familia -esposa y cuatro hijos- y hasta haciendo la coreografí­a de «Thriller» en un programa de televisión.

«Me cuesta expresar mis sentimientos pero la campaña me ha hecho más cercano», admitió Piñera.

«Almorzamos los fines de semana juntos, veraneamos siempre tí­os, primos y hasta abuelos, y eso en gran parte se debe a mi padre», dice su hija Magdalena, a la AFP.

«Tiene una personalidad difí­cil, es menos de demostrar afectos pero su carácter empresarial definitivamente lo acerca a los problemas de la gente», comenta a la AFP José Miguel Izquierdo, miembro de su equipo de campaña y amigo.

También se ha mostrado abierto a legislar sobre la unión civil de parejas homosexuales a pesar de las crí­ticas de la UDI, el partido ultraconservador que integra su alianza.

Piñera enfrenta el domingo al oficialista Eduardo Frei, quien es respaldado por una coalición de centro izquierda conocida como La Concertación, que lleva 20 años en el poder tras la caí­da de la dictadura de Augusto Pinochet.

Si Piñera gana, la derecha volverá al poder después de 50 años.

FREI El candidato aburrido


El ex presidente Eduardo Frei, candidato del oficialismo chileno para la segunda vuelta de este domingo, se reconoce como un hombre «rí­gido, parco y aburrido», que ha recorrido Chile señalando que ganará «por una nariz», burlándose de la suya, que es prominente.

Tras dejar de lado corbatas, remangarse la camisa, vestir zapatos de diseñador y calificarse como «más guapo» que su contendor, el empresario derechista y favorito para el balotaje del domingo, Sebastián Piñera, Frei mostró una nueva imagen que no prendió en primera vuelta pero sí­ en estos últimos dí­as.

«Vamos a ganar por nariz» ha dicho repetidamente Frei, aunque los analistas consideran que tiene pocas probabilidades.

«Las condiciones están dadas para que gane Piñera. Si gana Frei, será un acontecimiento mundial», dijo Martha Lagos, directora de la encuestadora Mori, que le da 50,9% a Piñera, frente a un 49,1% de Frei.

«Algunos dicen que soy fome (aburrido), rí­gido y parco. No sé si para ser presidente hay que ser farandulero», ha dicho el oficialista de sí­ mismo, aunque se rebautizó como un Frei 2.0.

De 67 años, ingeniero civil hidráulico y empresario, Frei buscar reeditar su primera elección en 1993, cuando obtuvo el 58% de los votos, la más alta mayorí­a histórica, favorecida por su estilo gerencial de liderazgo, su máxima virtud polí­tica.

«Se mueve muy bien polí­ticamente. Es un atributo más polí­tico, que no se mira desde la opinión pública sino de la articulación del gobierno», dijo a la AFP el analista del Instituto Libertad, José Miguel Izquierdo.

Los esfuerzos de su equipo en segunda vuelta -que se vio reforzado con el ingreso de figuras y operadores polí­ticos del gobierno de Michelle Bachelet, incluso la madre de la mandataria- le dieron un nuevo impulso a Frei, tras quedar 14 puntos atrás de Piñera en primera vuelta.

Frei lleva sobre sus hombros la forma cómo terminó su mandato, en medio de una recesión por la subida intempestiva de tasas de interés, lo que derribó su popularidad a 33%.

A eso se suma que concedió el indulto presidencial a un importante narcotraficante, hecho que sus contendores le sacan en cara.

Durante su sexenio, impulsó una profunda reforma del sistema educativo que aumentó la jornada escolar e inició una reforma en el poder judicial, con la introducción del juicio oral.

Ahora, se proclama como el gran continuador de la obra de la presidenta Michelle Bachelet, al prolongar sus programas sociales y extenderlos a la clase media e introducir una reforma laboral.

Asegura además que redactará una nueva Constitución y se muestra abierto a promover la energí­a nuclear y las uniones de hecho para homosexuales.

Frei está casado con la orientadora familiar Marta Larraechea y tiene cuatro hijas.