Chií­tas se retiran del Gobierno


Protesta. Cientos de iraquí­es protestaron en Bagdad contra el Gobierno por supuestos de actos de corrupción y por el apoyo a las tropas de ocupación.

El movimiento del dirigente chiita radical Moqtada Sadr anunció oficialmente este lunes su retirada del gobierno de Irak en protesta por unas declaraciones del primer ministro, Nuri al Maliki, que descartan un calendario para la salida de las tropas estadounidenses del paí­s.


«La principal razón es la falta de respuesta del primer ministro a las demandas de cerca de un millón de personas en Nayaf que piden la retirada de las tropas estadounidenses (de Irak) y el deterioro de las condiciones de seguridad y de los servicios públicos», declaró el jefe del bloque parlamentario sadrista Nasar al Rubaie en conferencia de prensa.

«Nuestra postura sobre la ocupación es fija. Siempre hemos pedido la partida de las fuerzas de ocupación. Hemos solicitado que por lo menos se establezca un calendario para la salida», añadió.

Rubaie leyó un comunicado publicado por Moqtada Sadr –quien no ha sido visto en público desde hace varios meses– en el que se anuncia que el boicot es una decisión tomada en aras del «interés público» de los iraquí­es.

«Teniendo en cuenta el interés público, estimamos que era necesario ordenar a los ministros del grupo de Sadr que se retiraran inmediatamente del gobierno iraquí­», añade el comunicado del dirigente radical chiita.

El diputado Saleh Hasan Isa al Ighaili habí­a declarado el domingo a la AFP que el anuncio se oficializarí­a el lunes, añadiendo que el grupo seguirí­a participando en las sesiones del Parlamento.

Maliki, de gira por Asia, descartó el martes la idea de establecer una fecha de salida de las tropas de Estados Unidos. «No vemos la utilidad de un calendario de retirada, ya que trabajamos lo más rápido posible. Pensamos que lo que determinará la partida de las fuerzas multinacionales serán los éxitos y las victorias que logremos conseguir en el terreno y no un calendario», aseguró el primer ministro.

El movimiento de Moqtada Sadr ocupa seis ministerios en el gobierno de unión nacional iraquí­ y cuenta con 32 de los 275 diputados, constituyendo el principal bloque de la coalición.

A pesar de la retirada de este grupo del gobierno, el primer ministro podrí­a conservar el poder si obtiene el apoyo de otras agrupaciones chiitas y kurdas.

Sin embargo, la ausencia del movimiento de Sadr, que cuenta con un gran respaldo entre los chiitas de Bagdad y las clases desfavorecidas de las ciudades del sur, podrí­a causar un nuevo enfrentamiento dentro de la mayorí­a chiita.

En Basora (550 km al sur de Bagdad) se constataron tensiones tras los llamados de los militantes de Sadr a manifestar contra el gobierno de la provincia y las advertencias de los lí­deres locales que temen una reacción violenta.

Adversarios acérrimos de la ocupación norteamericana, los representantes sadristas ya habí­an suspendido su participación en el gobierno a fines de 2006 para protestar contra un encuentro entre Maliki y el presidente estadounidense George W. Bush en Jordania.

Algunos analistas estiman, no obstante, que el primer ministro podrí­a utilizar esta retirada de los ministros de Sadr para reforzar su posición en el gobierno.

El analista Tareq Harb estima que Sadr no pedirá un voto de desconfianza destinado a derrocar a Maliki, mientras que el primer ministro aprovechará la amenaza sadrista para pedir una mayor ayuda a Estados Unidos.

«Va a usar esto para acentuar la presión sobre los norteamericanos con vistas a preparar su retirada (de Irak) e intensificar la formación de tropas iraquí­es», declaró Harb a la AFP.

Minimiza efectos

La Casa Blanca ha minimizado este lunes la desición anunciada por el movimiento del jefe radical chiita Moqtada Sadr de retirarse del gobierno iraquí­.

La portavoz de la Casa Blanca Dana Perino aseguró que esta decisión no significa que el Primer Ministro Nouri al-Maliki no tenga más la mayorí­a.

«El sistema de gobierno iraquí­ -democracia parlamentaria- es diferente de nuestro sistema, y las coaliciones en este tipo de democracia se hacen y se deshacen», dijo la portavoz a la prensa.

«Si los partidarios de Sadr se van del gobierno (…), y creo que es lo que hicieron esta mañana, no significa que Maliki pierda su mayorí­a, es algo que hay que recordar», agregó.

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