Cherchez l’argent


Eduardo-Blandon-Nueva

Cherchez la femme, pardieu! cherchez la femme!  Esta expresión que, según los entendidos, proviene de “Los mohicanos de París” de Alexandre Dumas, a menudo se emplea para indicar que es una mujer la que subyace en los temas más relevantes de la vida cotidiana: ¿por dónde empezar?  “Busquen a la mujer”, dicen, y resolverán el o los dilemas que interesan.

Eduardo Blandón

 


Marx entendió la vida de manera distinta.  Creyó que la femme, no era una beldad de carne y hueso, sino la vestida de oro y plata: l’argent, el dinero.  El filósofo alemán vio en las condiciones económicas la clave de interpretación de todo el quehacer humano.  Así, la moral, por ejemplo, no es más que la expresión de un modo de ver y sentir que se traduce en actitudes concretas.  De aquí que la moral del capitalista era muy diversa a la del proletario, el obrero, el explotado.
 
Tanto rollo inicial, es para indicar que el tema que ahora tiene de cabeza a la prensa y a los políticos, la legalización de las drogas, debe interpretarse marxianamente, esto es, desde lo económico.  No es la preocupación moral la que considera los Estados Unidos, aunque sus discursos estén llenos de moralina, ni la angustia por los muertos en México o Centroamérica, aunque envíen pésames a las víctimas, el trasfondo del tema es que las drogas constituyen una fuente de riqueza a la que muchos no están dispuestos a renunciar.

No se puede terminar de sopetón con el tráfico de drogas, como lo propone nuestro flamante Presidente, porque acabaría con una industria en la que quizá la mayoría de países del mundo estén involucrados.  Imagine cómo están las cosas que, ni las propias iglesias verían con buenos ojos semejante proyecto porque, ahora sí, sería el fin del mundo, el acabose, el apocalipsis, el verdadero Armagedón. 
 
Esto no es una apología al trasiego de drogas, es una constatación.  Creo que es indefendible el modelo que seguimos ahora en el combate a las drogas porque ha generado violencia, muerte y desasosiego en general.  Tiene razón Pérez Molina, hay que buscar otras opciones y generar esquemas menos dolorosos a los que hemos inventado en la actualidad.  Más de lo mismo sólo nos condena a producir riqueza con costes humanos inmorales. 
 
Pero ahí tiene a los Estados Unidos, frente a propuestas distintas, como diría Rubén Darío, rugen como un león.  “Eres soberbio y fuerte ejemplar de tu raza; eres culto, eres hábil, te opones a Tolstoi.  Y domando caballos, y asesinando tigres, eres un Alejandro-Nabucodonosor”.  Ni bien salen ideas, heréticas para ellos: Sergio Ramírez Mercado, Mario Vargas Llosa, Luiz Inácio Lula da Silva, Otto Pérez Molina, rápidamente son enviadas al averno y condenadas al fuego eterno. 
 
Por eso decía al inicio, en materia de tráfico de drogas debemos Cherchez l’argent, que es la piedra de toque para entender tanta oposición a considerar opciones nuevas.  En materia de drogas estamos frente a un dogmatismo político-económico en el que cualquier divergencia es peligrosa.  No faltarán los mártires de aquí en adelante.