El equipo de Chelsea se convirtió ayer en el dueño de la Copa inglesa de fútbol al dejar en el camino al Arsenal por 2-1, con el doblete del marfileño Didier Drogba, en un cotejo marcado por una gresca generalizada que generó tres expulsiones en los minutos finales.
Mientras la pelota corrió sobre el césped, Chelsea y Arsenal ofrecieron un partido de alto nivel técnico. Los «Gunners», que habían disputado casi toda la Copa de la Liga con un equipo repleto de juveniles, lanzaron al terreno a esos mismos jóvenes para enfrentar al Chelsea.
El triunfo representó un gran alivio para el entrenador de los «Blues», el portugués José Mourinho, quien consiguió así su cuarto trofeo con el club en momentos en que parece estar superando una crisis en sus relaciones con la dirección del club.
Fue el Arsenal el que se puso en ventaja a los 12 minutos de juego gracias a una brillante jugada individual del adolescente Theo Walcott, pero la tarde se la llevó el marfileño Drogba, quien empató el partido a los 20 minutos y selló la ganancia a los 84 minutos de un certero cabezazo.