Chelsea arranca con un empate


Un gol en contra del noruego John Arne Riise cuando iban cinco minutos de los descuentos de un partido que parecí­a sentenciado a favor del anfitrión, supuso para el Chelsea un empate «in extremis» 1-1 que lo deja con un pie en la final de la Champions League.


La suerte parecí­a echada en el estadio de Anfield gracias al oportuno gol para los «Reds» del holandés Dirk Kuyt cuando casi finalizaba el primer tiempo (43).

Liverpool parecí­a haber asegurado lo esencial, puesto que entonces controlaba a un rival sin imaginación en un encuentro jugado a buen ritmo, pero más fí­sico que técnico.

Pero, cuando ya mucha gente se habí­a levantado de los asientos pensando en la vuelta en Stamford Bridge, la semana próxima, un centro desde la banda izquierda del marfileño Salomon Kalou obligó al desafortunado Riise a intentar despejar el balón de cabeza, presionado por el francés Nicolas Anelka, con tan mala suerte que batió a su propio arquero, el español Pepe Reina, como no lo hubiera hecho, probablemente, un delantero rival.