El presidente venezolano Hugo Chávez viajará a Argentina y Bolivia la próxima semana, coincidiendo con la visita de George W. Bush por otros países de Sudamérica y, aunque negó que busque sabotearla, anticipó reacciones populares contra Estados Unidos.
Chávez ha puesto su sello personal a un eje de gobiernos de izquierda con Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, y acercó a Buenos Aires, capital que no forma parte de la gira de Bush, que visitará del 8 al 14 de marzo Uruguay, Brasil, Colombia, Guatemala y México.
«Es una coincidencia que Mister Bush llega a Brasilia y casi al mismo tiempo llego yo a Buenos Aires; que Mister Bush llega a Montevideo y casi al mismo tiempo sigo yo en Buenos Aires; que mister Bush llega a Colombia y yo llego a Bolivia: casi que nos cruzamos en los aviones», bromeó Chávez.
Una concentración anti Bush tendrá lugar en Caracas el próximo sábado, cuando inicia la gira el 8 de marzo. Activistas oficialistas llamaron a un «cacerolazo» nocturno y el 12 de marzo realizarán una «marcha antiimperialista».
«Le salgo al paso a la especulación de que Chávez y (el presidente argentino Néstor) Kirchner tienen una conspiración para sabotear (la gira de Bush), Suramérica es nuestra casa», dijo el líder venezolano.
Kirchner defiende con vigor la relación argentina con Venezuela mientras que reclama a Montevideo negociar un conflicto ambiental bilateral con el gobierno de Tabaré Vázquez, que recibirá a Bush entre reclamos de su coalición.
«Â¿Cuál es el riesgo con la hermana República Bolivariana?», interrogó airado Kirchner el jueves, en su discurso sobre el estado de la Nación, al reafirmar la pertenencia argentina al bloque sudamericano y al Mercosur.
Kirchner consideró a finales de febrero en Venezuela como «un error absoluto» considerar que él o el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva deban «contener a Chávez».
El presidente venezolano también está empeñado en apoyar con su fortaleza económica, basada en la bonanza petrolera, a las debilitadas economías de sus aliados, y enfatiza que su alianza con los presidentes de Cuba Fidel Castro y Bolivia Evo Morales es a toda prueba.
«Ahora andan diciendo que tú (Morales) y yo y que estamos saboteando el viaje de Bush», dijo Chávez a Morales, en una charla telefónica en su programa radiofónico diario Aló Presidente.
La respuesta del líder indígena fue en la misma línea: «Hay algunos gobiernos que mandan tropas, no para salvar vidas sino para acabar con vidas, pues les molestan los actos de solidaridad para los pueblos, para salvar la vida».
Morales agradeció una ayuda de 15 millones de dólares y varios helicópteros para enfrentar las peores lluvias en 25 años. Cuba y Venezuela por su parte decidieron duplicar su cooperación energética con proyectos por 1.500 millones de dólares.
Chávez buscará «reafirmar la naturaleza continental de su proyecto político, intensificando la petro-diplomacia, buscando aliados para hacer explícita su confrontación con Estados Unidos», dijo a la AFP Elsa Cardoso, especialista en relaciones internacionales.
Del lado de Washington, la experta considera que, en el corto plazo, «es muy difícil que Bush cambie su deteriorada imagen en América Latina».
Sin embargo, la gira de Bush iría más lejos: «Podría ser el inicio de un giro en las relaciones de Estados Unidos con América Latina» en el marco de los cambios en sus estrategias respecto a Irak, Corea de Norte e Irán, anticipó la académica.
Bush intenta acercarse a Latinoamérica a través de la relación con las mayores economías, Brasil y México, que destacan en su gira, dijo Cardoso.
En la agenda de Bush sobresale la política energética, que incluye un acuerdo sobre el etanol con Brasil, para independizarse de los suministros petroleros del Medio Oriente y Venezuela.
El tema del etanol «tiene un valor más simbólico que material, un recurso que no pasa por el grifo venezolano, mientras que en materia comercial plantea nuevas complicaciones en el Mercosur», dijo Elsa Cardoso.
El canciller brasileño, Celso Amorim, reconoció esta semana que el etanol y los biocombustibles en general serán un tema «muy importante» en la reunión que Bush y Lula mantendrán el viernes 9 en Sao Paulo. «Nos interesa formar un mercado mundial del etanol», afirmó el canciller.
La realidad del proyecto radica en que Brasil produce anualmente 18.000 millones de litros de etanol, de los cuales, 3.500 millones son exportados. De esos, 2.500 millones van a Estados Unidos.