El presidente venezolano Hugo Chávez llegará el martes a Uruguay, en el marco de una gira que también lo lleva a Argentina y Bolivia, luego de un aparente distanciamiento del mandatario uruguayo Tabaré Vázquez.
«El gran malestar (de Vázquez) lo provocó primero la ausencia de Chávez a la Cumbre Iberoamericana» que se celebró en noviembre del año pasado en Montevideo, dijo el analista Alfonso Lessa a la AFP.
Para aquella ocasión, el gobierno uruguayo impulsó a los legisladores oficialistas a aprobar apuradamente, un par de días antes del comienzo de la cumbre, el protocolo de adhesión de Venezuela al Mercosur (que además integran Argentina, Brasil y Paraguay), recordó el analista.
«El gobierno lo hizo aprobar de madrugada, pagando cierto costo político, sólo con los votos del oficialismo», dijo Lessa, pero «Chávez no vino a la Cumbre Iberoamericana, bajándole el perfil».
El mandatario venezolano anunció su ausencia a último momento, argumentando compromisos de la entonces campaña electoral y movilizaciones opositoras.
Tras su reelección el 3 de diciembre de 2006, Chávez realizó una gira por la región, y vino a almorzar con Vázquez el 8 de diciembre, al parecer para restañar heridas.
Pero tres meses después, el 9 de marzo de 2007, en momentos en que el presidente George W. Bush era recibido en Uruguay, Chávez realizaba un acto de repudio al jefe de la Casa Blanca en Buenos Aires, en el que calificó al mandatario estadounidense de «cadáver político».
El gobierno uruguayo no comentó ese hecho, aunque dejó trascender su molestia, hasta que días después Vázquez dijo en una entrevista con el Semanario Hebreo que tenía diferencias con Chávez.
«Es natural que seamos diferentes», dijo Vázquez, el primer presidente de izquierda de la historia de Uruguay.
Agregó que las realidades de cada país «son propias» y que «nosotros no queremos repetir ninguna experiencia de ningún otro país, sino tener una izquierda adaptada a la realidad histórica cultural del Uruguay».
Sobre la visita de Bush, dijo que «quedamos en excelentísimo relacionamiento con los Estados Unidos», y señaló que el mandatario estadounidense «vino con una muy buena disposición para ayudar a Uruguay y lo demostró permanentemente».
A mediados de abril, cuando Chávez celebró una cumbre energética a la que asistieron todos los mandatarios de la región, Vázquez envió en su lugar al vicepresidente Rodolfo Nin Novoa.
Luego, Uruguay se mostró reticente a la creación del Banco del Sur impulsado por Caracas, aunque a fines de junio decidió incorporarse al proceso de discusión, algo que fue celebrado por el ministro de Finanzas venezolano, Rodrigo Cabezas.
A mediados de julio, el ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori, dijo en un almuerzo con empresarios en Buenos Aires que el «estilo confrontativo» de Chávez era un «aspecto preocupante» para el Mercosur, pues podía «originar problemas» en la negociación de acuerdos comerciales con terceros.
El canciller uruguayo Reinaldo Gargano aseveró, molesto, que «no opino lo mismo» y destacó que «Vázquez quiere a Venezuela en el Mercosur».
Las afirmaciones de Astori causaron malestar en sectores de la coalición de izquierda Frente Amplio, que las evaluó con «preocupación» y capaces de generar «un enfrentamiento» con el presidente Vázquez.
El secretario general del Partido Comunista, Eduardo Lorier, enmarcó los dichos de Astori en «el desaire» a sus pares de Venezuela, Bolivia y Ecuador, que no fueron invitados a una reunión a principios de julio en Montevideo con el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson.
No obstante, el distanciamiento político no afectó el relacionamiento comercial de Uruguay con Venezuela, estimó Lessa.
Ambos países han firmado una serie de acuerdos energéticos, comerciales y de cooperación, que incluyen el suministro de más 40.000 barriles diarios de crudo en condiciones preferenciales por los próximos 25 años.
barriles de crudo diarios
Provee Venezuela a Uruguay, como parte de acuerdos de cooperación entre ambos países.