Chávez pide reformar sistema penitenciario


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El presidente Hugo Chávez exhortó ayer al poder judicial a reformar radicalmente el caótico sistema de prisiones de Venezuela para frenar la violencia imperante dentro del mismo.

Por CHRISTOPHER TOOTHAKER CARACAS / Agencia AP

El mandatario expresó que el lento sistema judicial en buena medida ha llevado a los reos a protestar por los retrasos que los deja languidecer en los calabozos.

«Hay que acelerar los procesos para hacer justicia», comentó el mandatario, en una llamada telefónica difundida por la televisora estatal durante un acto oficial en una cárcel del oriente del paí­s.

«Les ratifico a todos el apoyo para que haya justicia. Sabemos que todaví­a hay mucha injusticia, he conversado con Luisa Estela Morales, la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia» para pedir que acelere una reforma radical que ayude a aliviar el retardo procesal, agregó.

Chávez además elogió a su recién nombrada ministra de Servicio Penitenciario, Iris Varela, por la preparación de una lista de presos que han pasado largos perí­odos en cárceles sin ir a juicio y por dirigir la negociación con los reos que han protagonizado protestas violentas.

«Me siento muy contento y orgulloso de haberte nombrado ministra. Pareces la madre Teresa de Calcuta, con todos los presos allí­, pareces la madre de todos ellos, esa era la idea: llenar de amor a esa gente», agregó.

Chávez dijo a Varela que el ambiente carcelario debe sufrir un cambio drástico para rehabilitar a los presos.

«Los centros penitenciarios deber ser centros de formación del hombre nuevo», dijo Chávez, refiriéndose a los ciudadanos con mentalidad revolucionaria dedicada a la promoción de los ideales comunistas o socialistas defendidos por figuras emblemáticas como el ex lí­der cubano Fidel Castro.

Muchos reclusos permanecen encarcelados meses e incluso años sin que se les condene o absuelva. Los presos con frecuencia expresan sus quejas reteniendo a sus familiares durante las horas de visita o tomando como rehenes a los guardias.

El martes, un grupo de amotinados obtuvo las llaves de las celdas y comenzó a disparar contra otros reos, provocando la muerte de ocho de ellos en un cuartel de prisiones de la Policí­a del estado occidental de Táchira. Posteriormente secuestraron a cuatro policí­as que custodiaban el recinto.

Los reclusos exigen el traslado de 18 prisioneros a otra cárcel más cercana a los tribunales donde sus casos puede ser escuchado por los jueces, como parte de las negociaciones liberaron el miércoles a uno de los agentes.

Tarde en la noche del viernes, el general Héctor Coronado, comandante de la segunda división de infanterí­a del Ejército, declaró que los rehenes restantes fueron liberados, poniendo fin a la disputa de tres dí­as después que las autoridades accedió a liberar a 26 presos que han cumplido sus condenas.

Los reclusos accedieron a entregar numerosas armas, entre ellas tres pistolas, decenas de balas y 11 cuchillos, indicó Coronado.

Los centros carcelarios venezolanos fueron diseñados para albergar a unas 12.000 personas, pero la población penal está cerca de 47.000, de acuerdo a cifras oficiales.

No es la primera vez en sus más de 12 años de mandato que Chávez propone una reforma radical del sistema judicial.

A comienzo de su primer mandato, en 1999, la Asamblea Constituyente promovida por Chávez y dominada por sus aliados aprobaron una ley destinada a modernizar el sistema judicial, darle celeridad a los procesos pendientes de decisión y resolver el problema de hacinamiento. La medida estuvo lejos de alcanzar sus metas.

A muchos presos les trajo la esperanza de recibir una sentencia rápida, debido a que la reforma legal incluyó juicios orales en lugar de los largos intercambios de alegatos por escrito. Pero la mayorí­a de los procedimientos judiciales siguieron lentos, y muchos de los 21.000 presos de entonces se rebelaron y promovieron una serie de sangrientos motines para presionar a las autoridades a acelerar sus sentencias.

Varios miles recuperaron la libertad tras los motines. Sin embargo, los crí­ticos del proceso aseguraron que el número de delitos aumentó 30% en los primeros meses de vigencia de ese nuevo código penal, según la policí­a.

También otros sostuvieron que a falta de una rigurosa evaluación de cada caso, los jueces terminaron por excarcelar a muchos individuos responsables de asesinato, violación, robo a mano armada y otros delitos graves, que nunca llegaron a ser enjuiciados.