Sin asestar el revés esperado, el centro-derecha de Silvio Berlusconi ganó terreno en las elecciones locales parciales del fin de semana, sobre todo en el norte de Italia, donde el centro-izquierda de Romano Prodi se preocupa por la reducción de sus electores.
Durante la campaña electoral, que involucraba a más de diez millones de inscritos en 856 comunas, incluyendo a 26 capitales de provincia y siete administraciones provinciales, el jefe de la oposición de centro-derecha llamó a los italianos a sancionar a Romano Prodi.
En Verona (260.000 habitantes), uno de los comicios cruciales, un joven miembro de la Liga Norte (derecha populista), Flavio Tosi, de 37 años, ganó con 60,7% de los votos contra el alcalde saliente Paolo Zanotto (33,9%).
Los candidatos de centro-derecha también se impusieron en ciudades de aproximadamente 100.000 habitantes como Alessandria, Asti y Monza, o más pequeñas como Gorizia (36.000 habitantes).
El centro-derecha no logró la victoria que esperaba en Génova (620.000 habitantes), la mayor ciudad en juego en estas elecciones y bastión del centro-izquierda, cuya candidata Marta Vincenzi ganó en la primera vuelta.
Sin embargo, Silvio Berlusconi se congratuló de sus resultados. «Toda Italia envió una señal clara a Prodi. Este gobierno de impuestos debe partir», exclamó el lunes por la noche el ex jefe de gobierno.
En el resto del país, el centro-izquierda restableció el equilibrio con progresos en ciudades de centro-derecha, sobre todo Parma, donde se llevará a cabo una segunda vuelta los días 10 y 11 de junio.
El centro-izquierda también ganó desde la primera vuelta la capital de L’Aquila, la región de los Abruzzos, obteniendo una victoria sin precedentes e inesperada en Agrigento, Sicilia, gracias a un candidato procedente de los demócrata-cristianos de la UDC.
El martes, todos los analistas subrayaron la «victoria» del centro-derecha en el norte, considerando que se trata de una nueva demostración del abismo que surgirá entre numerosos electores y el centro-izquierda de esta zona de la Península.
La «cuestión del norte» ya se había planteado hace un año para la coalición de Romano Prodi, que ganó con escaso margen las elecciones legislativas de abril de 2006, pero cuyos resultados fueron considerados decepcionantes al norte del Pí´.
Después, el ex presidente de la Comisión Europea tuvo que enfrentar numerosas divergencias en su mayoría, que reúne a unos diez partidos, desde los comunistas hasta el centro católico.
Estos diferendos en la coalición y la débil mayoría del centro-izquierda en el Senado (dos votos de ventaja) dificultaron la aprobación en el Parlamento de toda reforma importante, y las últimas encuestas han sido sistemáticamente negativas para el gobierno de Prodi.