Centroamérica espera sortear la crisis


Imagen de la Bolsa de Valores de Nueva York, el centro de la crisis financiera mundial.

Los gobiernos centroamericanos esperan sortear la crisis financiera que vive particularmente Estados Unidos, aun sabedores de que cuanto mayor es la relación comercial con ese paí­s, más les terminará afectando, en particular a Costa Rica, que le enví­a más de la mitad de sus exportaciones, o a El Salvador en pleno proceso electoral.


La cercaní­a de la región, cuyos productos se venden principalmente al mercado estadounidense, la dependencia de sus inversiones y de las remesas que enví­an los millones de centroamericanos que trabajan en el paí­s del norte, no dejará indemnes a las pequeñas economí­as centroamericanas, que han conocido en los últimos años un crecimiento sin precedentes, alertan los analistas consultados.

«No es un momento de pánico, por lo menos ahora, pero es como el clima: sabemos que se prepara un huracán, pero no sabemos qué categorí­a alcanzará», dice Arturo Condo, rector de la prestigiosa escuela de negocios costarricense INCAE.

Aunque es posible que la crisis abra nuevas oportunidades para productos baratos que se producen en la región, como ocurrió en 2001, y atraiga más turismo norteamericano temeroso de embarcarse en viajes demasiado largos, las inversiones sin duda recibirán un duro golpe, pronostica Condo.

En particular en paí­ses como Costa Rica, Panamá y en menor medida Honduras, los más atractivos para los inversores estadounidenses. «Mi temor es que los paí­ses que salgan mejor parados son los que tienen un riesgo más bajo», declaró.

El presidente costarricense, Oscar Arias, teme que muchas de las inversiones previstas en el sector inmobiliario costarricense, que iban a ser financiadas por bancos norteamericanos, no puedan llevarse a cabo. Por eso abogó por la aprobación del plan de rescate bancario de 700 mil millones de dólares presentado por el gobierno de George W. Bush para paliar la crisis y que fue rechazado el lunes por el Congreso.

De lo contrario, «las consecuencias van a repercutir en el mundo entero, (que) está interconectado, es demasiado interdependiente, demasiado globalizado, y lo que pase en Estados Unidos le va a afectar al mundo entero y sobre todo a paí­ses como los nuestros», dijo Arias.

El analista económico salvadoreño Roberto Rubio, teme «un incremento en el costo de los créditos».

Para su compatriota Santiago Ruiz, presidente del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas de El Salvador, las consecuencias también se verán en el consumo interno, pues la gente tendrá más «precaución en el gasto», con el consiguiente aumento del desempleo.

Además, en paí­ses como El Salvador que está en plena campaña electoral, percibida como «incierta» por la eventual victoria de la ex guerrilla Frente Farabundo Martí­ para Liberación Nacional (FLMN) en las elecciones presidenciales de marzo próximo, si se suma la crisis, puede ser una «combinación muy negativa», alerta Condo.

En Nicaragua, pese que hasta la fecha no se ha percibido el impacto de la crisis, el temor del presidente del Banco Central (BCN), Antenor Rosales, es que afecte al comercio con Estados Unidos, que este año aumentó el 30%, y en las remesas.

Por su parte, el gobierno de Panamá ha minimizado cualquier efecto en la economí­a local, pues el paí­s tiene «un sistema sólido», aseguró el presidente panameño Martí­n Torrijos.

«Hay sectores de la economí­a que se podrí­an ver afectados hacia un futuro pero tengo que reconocer que vamos a tener una economí­a creciente este año y el próximo», aseguró el presidente panameño, Martí­n Torrijos.

Guatemala también descarta por el momento grandes sobresaltos, gracias a la solidez macroeconómica y a los «compromisos con organismos internacionales» para brindar recursos ante una situación como la actual.

En Honduras, el presidente del Banco Central, Edwin Araque, minimiza los impactos.

No obstante, el ex presidente del Consejo Hondureño de la empresa Privada (Cohep), Oscar Galeano, prevé «que mermarán las exportaciones de algunos productos de la industria maquiladora hacia Estados Unidos y bajarán los volúmenes de remesas que nuestros migrantes enví­an a sus familiares».