Todos piensan que México y Estados Unidos tienen la autopista despejada para vérselas por tercera vez consecutiva en la final de la Copa Oro.
Pero los dos gigantes de la Concacaf saben bien que no deben descuidarse cuando el miércoles se midan con Honduras y Panamá, dos equipos centroamericanos que se instalaron en esta instancia tras ganar sendas definiciones por penales.
En el caso de México, el actual campeón, Honduras tiene fresco en la memoria el recuerdo de una victoria en la fase de grupos de la edición de 2007. También hay una sucesión de enconados partidos recientes por las eliminatorias mundialistas.
«Contra México siempre jugamos bien», avisó Carlos Costly, el delantero hondureño que lleva tres goles en el torneo y autor de los tantos en el triunfo de 2007.
Los mexicanos toman apunte, luego del susto que se llevaron en la ronda de cuartos de final. Ampliamente favorito, el «Tri» tuvo que venir de atrás para doblegar 2-1 a Guatemala, con goles de Aldo De Nigris y Javier Hernández, éste último con una acrobática definición de taco.
«Honduras es una extraordinaria selección», dijo Hernández. «Contra todos nos jugamos una final, no vamos a menospreciar a nadie. Nunca se puede predecir nada».
El «Chicharito» Hernández es el máximo goleador del certamen con seis tantos y ya alcanzó los 20 con la camiseta de la selección.
También se convirtió en el segundo mejor anotador en una edición de la copa: necesita cinco para alcanzar a su compatriota Luis Roberto Alves Zague, autor de 11 en 1993.
México-Honduras será el choque de fondo de la jornada en el estadio Reliant de Houston, mientras que a primera hora jugarán Panamá y Estados Unidos.
Para el anfitrión, el choque servirá de revancha después que en la primera ronda Panamá lo sorprendió al vencerlo 2-1. Ambos también se cruzaron en la final de 2005, con victoria de Estados Unidos por penales.
«No tendrá nada de fácil», dijo Julio Dely Valdés, el técnico de Panamá, que avanzó al superar 5-3 a El Salvador desde los 12 pasos tras empatar 1-1. «Será un partido diferente».
Estados Unidos alcanzó las semis al vencer 2-0 a Jamaica. Tras una pálida primera ronda, el local dio muestras de mejoría.
México recibió un respiro por parte de la CONCACAF, que le permitió reemplazar a los cinco jugadores separados de su plantel tras haber dado positivo por clembuterol en controles antidopaje realizados antes del torneo.
El defensa Héctor Reynoso y los volantes Paul Aguilar e Hiram Mier viajaron de inmediato a Houston para sumarse al equipo dirigido por José Manuel de la Torre.
Después del debut, México había disputado sus compromisos con un plantel de 17 hombres, forzado por los análisis positivos del arquero Guillermo Ochoa, los defensores Francisco Rodríguez y Edgar Dueñas y los mediocampistas Christian Bermúdez y Antonio Naelson.
Aunque sortear el obstáculo de Guatemala en los cuartos de final fue más complicado de lo previsto, de la Torre elogió el temperamento que sus jugadores han mostrado.
«El grupo está fuerte y sabe que para poder ser campeón tiene que vencer cualquier adversidad que se ponga enfrente», dijo el técnico.
«Ahora viene Honduras, sabemos cómo se juegan estos partidos, hay que seguir con la misma actitud y mentalidad», indicó De Nigris, quien lleva tres tantos en el torneo. «Debemos encarar el partido con todo el respeto al rival pero teniendo la firme idea de ganarlo».
Honduras salió motivada tras derrotar 4-2 a Costa Rica en los penales y su técnico colombiano Luis Fernando Suárez adelantó que no planea realizar cambios.
En cambio, Panamá y Estados Unidos deberán prescindir de piezas clave en sus delanteras.
El panameño Blas Pérez fue expulsado ante El Salvador y deberá purgar una fecha de suspensión. Por Estados Unidos, el también atacante Jozy Altidore tuvo que salir a los 12 minutos en la victoria sobre Jamaica por una dolencia en el muslo y se le da por descartado.