Al principio Madero pensaba en formar un Ejército regular incorporando miembros del Ejército Federal incluyendo a seguidores del general Bernardo Reyes convertido en opositor del presidente Díaz. Reyes se había distanciado de Díaz cuando éste no lo adoptó como sucesor enviándolo a Europa. La idea de Madero de formar así su Ejército no fructificó luego de un primer intento. Los guerrilleros chihuahuenses y norteños en general querían permanecer cerca de sus familias y amigos, aceptando ser jefeados por líderes que ellos reconocían. Sentían el derecho de regresar a sus hogares cuando no había batalla y Madero aceptó aquella situación.
Pascual Orozco no estaba de acuerdo con que sus fuerzas se subordinaran a las de José de la Luz Soto, quien llevaba órdenes de Madero y decidió regresarse a las montañas de Guerrero. La falta de armas y dinero no habían permitido a Madero tomar Ciudad Juárez para instalar un Gobierno provisional. El encuentro de Rancho Bustillos sumándose las fuerzas de Orozco y Francisco Villa lo hacían posible. Villa había tenido algunos enfrentamientos y derrotas sin mayor trascendencia, pero reagrupaba a su gente y conseguía pertrechos siendo un apoyo importante para Madero.
Las sublevaciones surgidas en todo el país eran contrastantes en tamaño y composición social. En Estados como Morelos se aglutinaron desde un principio miles de hombres alrededor de la figura de Emiliano Zapata, a quien Madero nombró General. Dice el general Amador Acevedo: «Ya no teníamos contacto, ni emisarios, ni nada; todo lo que hacíamos era por cuenta propia de Zapata. Estábamos en Tepexco y llegó Juan Andrew Almazán con documentación de la Junta Revolucionaria de San Antonio, Texas, de donde nos lo mandaron. Entre los documentos que traía venía el nombramiento de General para Emiliano Zapata. Ya de ahí, de Tepexco salimos y le pusimos sitio a Jonacatepec, pero un día antes nos mandaron al Quinto Regimiento Rural y su propósito era batirnos. Al enterarnos de eso salimos a su encuentro en la Hacienda de Santa Clara, nosotros más o menos éramos un grupo como de ochocientos hombres, pero nunca habíamos peleado contra el Gobierno ni sabíamos pelear, pero los enfrentamos y los derrotamos».
Las tropas federales apenas lograban mantener las grandes ciudades, en el campo la marea revolucionaria era incontenible. El primero de abril de 1911, en su Informe a la Nación, el presidente Porfirio Díaz anunció que no habría más reelección, que se llevaría a cabo una reforma agraria y se devolvería la autonomía a los municipios. Se modificó el Gabinete y fueron destituidos muchos gobernadores y jefes políticos. El vicepresidente Corral salió del país y el grupo de los llamados Científicos fue alejado del gobierno. La reforma propuesta por Díaz no dio ningún resultado y las cosas seguían mal para el Ejército Federal. El general Juan Hernández no se decidió a atacar Rancho Bustillos por temor a que un ochenta por ciento de la población era maderista.
En marzo de 1911, Villa, después de asediar Ciudad Camargo y del intento de ocupar el Valle de Zaragoza, decidió tomar Parral, una de las grandes ciudades de Chihuahua. En un intento por reconocer la fuerza enemiga fue identificado dentro de la ciudad y cercado en un rancho vecino. Logrando abrirse paso pudo reconstituir un ejército y ponerse a disposición de Madero con más de 700 hombres.
El 7 de abril de 1911, conocedor de los alzamientos que se producían en todo México, Madero decidió lanzarse sobre Ciudad Juárez con mil 500 hombres, flanqueado, además, por dos columnas de 500 cada una, comandadas por Pascual Orozco y Francisco Villa. Tuvieron un encuentro a veinte kilómetros de Juárez, cercaron la Ciudad por tres lados dejando una única salida, la del lado americano que conducía a El Paso, en la otra orilla del río. (continuará)