Cenizas y dolor en La Terminal


Los destrozos que dejó el incendio en el mercado La Terminal, de la zona 4 que dejó 18 vendedores muertos, 150 locales arrasados y siete vehí­culos destruidos.

«Por un momento nos sentimos en el infierno», fueron las palabras de una vendedora esta mañana al recordar como el fuego se llevó la vida de sus compañeros.

Eswin Quiñónez
eswinq@lahora.com.gt

Las versiones florecieron este dí­a. Sin embargo, la hipótesis que acaparó la atención en el mercado La Terminal, de la zona 4, fue acerca de la imprudencia de almacenar fuegos pirotécnicos en un lugar peligroso.

Haya sido la colilla de un cigarro o un canchinflí­n perdido, lo cierto es que el fuego se propagó por la pólvora hacinada en los locales de El Granero.

Las autoridades también consideran que la tragedia pudo haberse producido por la manipulación de silbadores por un menor o por un cortocircuito.

El número de muertos ascendió esta mañana a 18 personas a consecuencia del incendio que se desató en el principal mercado de la ciudad capital, donde las llamas también destruyeron más de un centenar de locales.

í“scar Sánchez, señaló que la mayorí­a perecieron carbonizadas, entre las que figuran nueve hombres y nueve mujeres.

El incendio aparentemente comenzó en una venta de fuegos pirotécnicos.

Sin embargo, testigos afirman que el fuego se habrí­a iniciado por la colilla de un cigarrillo que el viento arrastró al interior de un puesto ilegal de juegos pirotécnicos, cuyas ventas se incrementan en la época navideña.

El hecho demostró la peligrosidad en la maniobra, almacenamiento y distribución de los productos, cuya materia prima es la pólvora.

A pocos metros de la tragedia, las actividades se desarrollaban con normalidad, pero los comentarios florecí­an lamentando los hechos.

Se tiene previsto que las ví­ctimas mortales sean veladas en sus respectivas residencias; 14 de ellos ya habí­an sido recogidos esta mañana en la morgue del Organismo Judicial.

El ambiente gris y humeante aún albergaba a los inquilinos damnificados que trataban de olvidar los daños causados por los zarpasos de las llamas.

Los bomberos, con ayuda de vendedores y peatones lograron sofocar las llamas tres horas después de haberse iniciado.

Colaboran

Personal de abastos de la comuna capitalina colaboraron con el Ministerio Público y la Policí­a Nacional Civil en el levantamiento de pérdidas y distribuir la ayuda que les brindará la Municipalidad, informó la vocera Marí­a José Salas.

«Como opción inmediata, se les ofrecerá la ubicación en puestos adecuados en otros mercados mientras se reconstruye el mercado», dijo la portavoz en referencia a los damnificados con pérdidas.

Mientras tanto, Salas señaló que la venta de juegos pirotécnicos no estaba autorizada por el ayuntamiento, pues hasta el momento se encontraban en etapa de capacitación de las personas que atenderán puestos con este tipo de producto.

«El ’Plan Belén’ contempla tres etapas: capacitación, certificación y autorización», agregó

Reacciones

Las primeras pesquisas que realiza la fiscalí­a contra delitos a la vida se encaminan a la averiguación de lo que provocó el incendio en La Terminal de buses en la zona 4 de la ciudad capital, cuyo resultado fue la muerte hasta el momento de 18 personas y miles de pérdidas materiales.

Según el fiscal a cargo del caso Renato Durán hoy se habrí­an trasladado los cadáveres de las ví­ctimas a la morgue para la necropsia respectiva.

La primera hipótesis señala que todo el siniestro fue producto de una colilla de cigarrillo lanzada a un comercio de juegos pirotécnicos.

Por otro lado Alejandro Rodrí­guez, de la Procuradurí­a de los Derechos Humanos dijo: «Ojalá que con la tragedia de ayer en La Terminal, la Corte Suprema de Justicia se dé cuenta que urge el dictamen favorable al Amparo Provisional que prohí­be la fabricación y comercialización de canchinflines y silbadores, por el bien de la población».

José Pinzón, sindicalista agregó: «Demandamos al Gobierno de la República el esclarecimiento rápido de la causa del siniestro ayer en La Terminal que se cobró la vida de útiles trabajadores del paí­s».