Irán celebra hoy una jornada consagrada a destacar los logros de su polémico programa nuclear, durante la cual el presidente Mahmud Ahmadinejad debe anunciar progresos en el enriquecimiento de uranio y destacar su rechazo a las presiones de las grandes potencias.
Ahmadinejad inició la jornada, que marca el segundo aniversario del comienzo del enriquecimiento de uranio en Irán, el 9 de abril de 2006, con una visita a la planta de Natanz, en la cual anunció la instalación de nuevas centrifugadoras.
«Hoy comenzó el proceso de la etapa de instalación de 6.000 nuevas centrifugadoras», sin precisar cuántas habían sido instaladas previamente.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) señaló en su último informe en febrero que continuaban las «obras de instalación» para nuevas centrifugadoras, además de las 2.952 que ya están en actividad.
El enriquecimiento de uranio es el principal tema de discordia entre la República islámica y las grandes potencias, ya que permite tanto obtener combustible para una central nuclear como la materia prima para una bomba atómica.
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia) y Alemania acordaron discutir a mediados de abril las medidas a tomar para obligar a Irán a suspender su enriquecimiento.
El Consejo de Seguridad ya adoptó tres resoluciones contra Irán, dos de las cuales están acompañadas de sanciones, para obligarlo a suspender este programa, pero sin éxito.
El portavoz del gobierno iraní, Gholamhossein Elham, recordó el sábado que Irán se niega a ceder en esa cuestión, ya sea bajo la presión de sanciones o a cambio de recompensas.
El martes, Ahmadinejad declaró que además del comienzo de la instalación de nuevas centrifugadoras, «otras acciones fueron llevadas a cabo y hoy anunciaremos las nuevas».
Podría tratarse del lanzamiento de un modelo más eficaz de centrifugadora.
La agencia Isna indicó que durante su visita a Natanz, el presidente vio «la nueva generación de centrifugadoras».
En su último informe, fechado el 22 de febrero, la AIEA anunció que a mediados de enero había recibido informaciones de Irán sobre un nuevo tipo de máquina, llamada IR-2.
Esta institución constató a fines de febrero la instalación de por lo menos 31 centrifugadoras en la planta experimental de enriquecimiento, situada en el complejo de Natanz.
El modelo, derivado del modelo P-2 paquistaní, que a su vez es de origen europeo, es teóricamente más competitivo que el modelo P-1 que actualmente se utiliza en Natanz.
Durante la anterior «fiesta nuclear», Ahmadinejad anunció el paso a una etapa de enriquecimiento «industrial» del uranio, con un objetivo de 50.000 centrifugadoras.
Pero dicha meta está lejos, pues los técnicos iraníes parecen encontrar dificultades para hacer funcionar sus instalaciones a capacidad plena.
En su último informe, la AIEA señaló que la producción de uranio débilmente enriquecido en la fábrica de Natanz era «muy inferior» a su capacidad teórica.
La eficacia de las centrifugadoras iraníes es tan importante como su cantidad.
Una instalación de 3.000 máquinas de tipo P-1 permite teóricamente obtener, en un plazo de seis a doce meses, a condición de un funcionamiento óptimo, una cantidad suficiente de uranio altamente enriquecido para una bomba nuclear.