El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que retornó al poder en Nicaragua en enero, celebró ayer el 28 aniversario de su Revolución de 1979 con un acto masivo en Managua, que contó con la presencia de varios mandatarios, entre ellos el venezolano Hugo Chávez.
El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue el primero en llegar hacia el mediodía a la capital nicaragí¼ense y al final de la tarde lo hicieron sus colegas Martín Torrijos de Panamá y Chávez de Venezuela.
El mandatario nicaragí¼ense por primera vez desde que llegó al gobierno desplegó la alfombra roja en el aeropuerto internacional de Managua y la compañía de ceremonia del Ejército, para recibir a sus invitados con honores de Estado.
El presidente Chávez se robo el centro de la atención de Ortega, por encima de sus otros invitados y puso a la multitud a corear su nombre, tras exaltar la ayuda que le presta su gobierno.
El mandatario venezolano defendió su proyecto de construir «el socialismo del siglo 21» en Latinoamérica para hacer frente a Estados Unidos.
El hemisferio necesita «avanzar en un proceso de unidad de los pueblos de Centroamérica, el Caribe y de Suramérica (…) ante las amenazas del imperio de Estados Unidos de pretende mantenernos sumidos y empobrecidos», dijo Chávez.
Por eso «no tenemos otra alternativa que unirnos para ser libres», porque «el socialismo que se levanta de nuevo en el horizonte de nuestro pueblo es el único camino para la liberación», indicó el mandatario ante miles de simpatizante sandinistas.
De su lado, el presidente Ortega en un discurso de más de una hora ante miles de simpatizantes e invitados especiales instó a la unidad de América Latina «todos los que estemos dispuestos a desafiar la pobreza, la miseria y el hambre».
En el plano interno defendió su proyecto de democracia directa, con la creación de unos polémicos Consejos de Poder Ciudadano (CPC) que la oposición rechaza por considerar que son un modelo importado de Cuba y Venezuela.
«Ellos (oposición) tienen los votos en la Asamblea Nacional (parlamento) para decir que desaparezcan (los CPC). Pero deben estar claros que es voluntad, un derecho del gobierno y del presidente compartir el poder con el pueblo; ellos no pueden negarme ese derecho», dijo Ortega.
Ortega también advirtió que no permitirá que los partidos de oposición del Congreso le quiten el control del programa «Hambre Cero» que ejecuta desde mayo en sectores pobres, mediante una iniciativa legal.
Durante el acto de conmemoración que se extendió hasta horas de la noche hubo derroche de pólvora y juegos artificiales que iluminaron la capital, que en algunas zonas se encontraba en tinieblas por los apagones.
Este festejo del aniversario de la Revolución, que acabó con 45 años de dictadura de la familia Somoza, se vuelve a celebrar con el FSLN en el poder, después de pasar 17 años en la oposición.
Un ejército de vendedores ambulantes de bisuterías, camisetas, gorras alusivas a la celebración, frutas y comida tomaron desde temprano la plaza de unos 75.000 metros cuadrados.
«Esta vez ya no venimos tristes. Ya no hay de qué afligirnos porque estamos en el poder», dijo Santos Ramos, un joven de un barrio pobre en el extremo nororiental de Managua que llegó temprano a la Plaza para ocupar un buen lugar desde donde escuchar al «comandante».
«Con el comandante Ortega todo está ’tuani’ (bien). Gracias a Dios que el hombre (presidente) se puso las pilas y ganó», dijo a la AFP José Gaitán, un ex colaborador sandinista desde tiempos de la guerrilla.
Desde que asumió el gobierno en enero, Ortega «todavía no ha hecho nada por nosotros. No hay luz (electricidad), eso es lo malo que tiene todavía, pero vamos a esperar a ver qué hace», agregó Gaitán, quien habita en uno de los barrios costeros al lago de Managua.