Esta mañana se reunieron en el pleno del Congreso de la República la mayoría de funcionarios públicos, entre ellos los presidentes de los tres organismos del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), para celebrar los 22 años de la Constitución de la República de Guatemala.
Mario Pérez Guerra, presidente de la Corte de Constitucionalidad (CC), inició su discurso diciendo que un pueblo siempre tiene derecho de cambiar y reformar la Constitución, aduciendo que no se le debe imponer la misma a generaciones futuras.
Guerra agregó que optaba por hacer este tipo de reflexiones este día, por los comentarios que se han suscitado en base a este tema, pues muchos de los candidatos presidenciables han hablado de la necesidad de reformar la Constitución.
Por tal razón mencionó que en la Carta Magna está contemplado que el poder lo tiene el pueblo y, por lo tanto, él mismo debe decidir los cambios que se le pueden hacer, para acoplarlos a la época que estamos viviendo.
Guerra mencionó que durante los 22 años la Constitución ha sido eficaz, pero al igual que algunas instituciones debe estar sujeta a reformas.
De la misma forma, Roberto Carpio Nicolle expresó que la Carta Magna es la ley máxima del país y se debe adecuar con mucho cuidado a las necesidades de la población, pues existen algunos puntos que hay que reformar para que se acople al ciclo que vivimos. Añadió que no se puede estar cambiando leyes únicamente porque a alguien se le ocurra.
Carpio agregó que los puntos que se quieran cambiar deben ser discutidos a profundidad, para saber si realmente beneficia a la población lo que se está planteando, pues quien debe decidir es el pueblo.
Intereses personales
Por su parte, el presidente del Legislativo, Rubén Darío Morales, mencionó que hay individuos con intereses personales que no cesan sus intentos de desvirtuar, cambiar, deslegitimar y anular la Constitución, a pesar de la visión de los honorables constituyentes, quienes desde su promulgación no se limitaron a una visión interna y de corto plazo.
«El espíritu constitucional que hoy nos convoca y nos hace reflexionar, para aquellos que con la voz de sus particulares intereses intentan hacer de la Constitución un activo negociable en el proceso electoral, pero esas amenazas no debilitan la Carta Magna sino la fortalecen», expresó Morales.
La Constitución Política de Guatemala cumple hoy 22 años, después de su promulgación el 31 de mayo de 1985 al final de décadas de dictaduras militares que gobernaron este país centroamericano.
Para conmemorar el vigésimo segundo aniversario de la Constitución, el Congreso de Guatemala convocó para este jueves a una sesión solemne en la que está prevista la participación del presidente í“scar Berger, así como de las máximas autoridades de otros poderes y organismos estatales, además del cuerpo diplomático acreditado en el país.
En este tiempo, la Carta Magna guatemalteca fue reformada en 1994, a raíz del frustrado autogolpe de Estado propiciado por el entonces presidente Jorge Serrano Elías, recordó a la AFP la abogada constitucionalista Conchita Mazariegos.
Luego del incidente, que causó convulsiones sociales y no prosperó, se eligió como presidente al entonces Procurador de Derechos Humanos (PDH), Ramiro De León Carpio, quien auspició una amplia reforma a la Constitución y que afectó 43 de sus artículos.
Dicha decisión fue aprobada por el Parlamento el 17 de noviembre de 1993 y en referéndum el 30 de enero de 1994, en el que sólo participó el 16% de los guatemaltecos censados.
Mazariegos aseguró que ahora urge una reforma de la Carta Magna ya que las introducidas en 1994 «ya colapsaron y se corrompieron».
No obstante, Mazariegos hizo una valoración positiva de la Constitución. «Es muy avanzada, rígida, básicamente porque tiene como centro el ser humano y el respeto a los derechos humanos. Además, los constitucionalistas que la aprobaron pusieron candados a las garantías individuales, de tal cuenta que los artículos que contemplan las mismas no puedan ser reformados», agregó Mazariegos.