Celebración con claroscuros


Violencia. En Ciudad Juárez de México, la violencia contra las mujeres ha alcanzado í­ndices alarmantes y temor entre la población femenina.

México celebra el Dí­a Internacional de la Mujer con una nueva ley contra la violencia de género, en un nuevo intento de superar un fenómeno casi inherente a un paí­s tradicionalmente machista, aunque para dejar atrás esa cultura será necesario algo más que una norma.


«Implacable contra la violencia de género» prometió ser el presidente de México, Felipe Calderón, el 1 de febrero al anunciar la promulgación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la primera a nivel federal.

La ley sin embargo no es punitiva y para lograr prevenir, sancionar y erradicar la violencia requiere que el gobierno federal, los estados y municipios expidan normas legales y tomen medidas presupuestales conforme a los tratados internacionales ratificados por México.

No obstante, contiene conceptos novedosos como el de agresor, perspectiva de género y la misoginia y otros relacionados a los diferentes tipos de violencia, que van desde la psicológica, pasando por la patrimonial hasta la institucional.

Pero la cultura de violencia contra las mujeres requerirá más que una ley en México.

Después de que Calderón promulgó la última legislación las mujeres y niñas siguen siendo asesinadas brutalmente, como sucedió en dí­as pasados en Ciudad Juárez (norte), donde un hombre mató a puñaladas a tres cuñadas y, a una de ellas, de 10 años, la violaba desde tiempo atrás, según denunciaron organizaciones civiles.

Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, es escenario desde 1993 de cientos de asesinatos de mujeres (380, según el gobierno) aún no esclarecidos, de las cuales algunas fueron mutiladas antes de ser ejecutadas.

La organización de defensa de derechos humanos Amnistí­a Internacional (AI) eleva esa cifra a más de 400.

En otro caso de agresión de género, a finales de febrero una anciana de Veracruz (este) falleció tras ser violada salvajemente por soldados destinados en la región, denunciaron representantes indí­genas.

«Los progresos generales han sido lentos y queda aún mucho por hacer. Preocupa profundamente el creciente aumento de los asesinatos de género, conocidos como femicidio, que están adquiriendo caracterí­sticas de pandemia en varios paí­ses de la región y particularmente en México y algunos de Centroamérica», señaló este lunes AI con motivo del Dí­a de la Mujer.

A nivel nacional unas 1.600 mujeres son asesinadas anualmente, la mayorí­a por conflictos familiares, aunque también hay casos relacionados con el crimen organizado, según datos de la Procuradurí­a General de la República difundidos en septiembre pasado.

Paradójicamente son las mujeres las que mantienen el 20,1% de los hogares de México, con más de 103 millones de habitantes, según cifras del Consejo Nacional de Población.

La ley promulgada por Calderón representa un sustancial avance para varias organizaciones civiles, aunque otras denuncian lagunas en otras normas, como el derecho al aborto en casos de violación y la inexistencia de garantí­as para transexuales.

«Festejamos el 8 de marzo con tristeza porque nos sentimos como en los albores de las luchas feministas; sufrimos la misma sumisión, humillación e invisibilidad de las mujeres no transexuales de esas épocas», lamentó Hazel Gloria Davenport, presidenta de la organización mexicana Humana Nación Trans.

400 mujeres o más han sido asesinadas en Ciudad Juárez de acuerdo con Amnistí­a Internacional.

Un caso de asesinato

Un mexicano presuntamente drogado mató el jueves de 40 puñaladas «por problemas familiares» a una cuñada y de otras 20 a la hija de ella de 10 años, al tiempo que dejó herida a una tercera mujer, informó la justicia de Ciudad Juárez, norte de México.

Mario Cacha, de 22 años, fue detenido luego de los ataques en un extremo de la fronteriza Ciudad Juárez a bordo de una camioneta en la que llevaba a su hija de tres años de edad, informó el director de Seguridad Pública Municipal, Guillermo Prieto.

La tercera mujer también es cuñada del agresor y se encuentra grave en un hospital de Ciudad Juárez.

Durante el doble asesinato, la esposa del criminal se encontraba trabajando en una de las maquilas de esta conflictiva ciudad, en otro hecho de violencia contra las mujeres, en este caso intrafamiliar.