Carlos Castresana, director de la CICIG, fue el encargado de impartir la lección inaugural de apertura de los cursos libres 2010 organizados por la Universidad de San Carlos de Guatemala, hoy.
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Castresana se dirigió a los estudiantes para hacer conciencia que la falta de atención a los más pobres del país y los fallos en seguridad y justicia son las dos emergencias que requieren la atención más urgente en Guatemala.
Dentro del discurso, el eje de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala -CICIG- razonó y extendió su criterio sobre los problemas mayores que enfrenta la sociedad, sus causas y sus efectos.
Hizo énfasis que en estos momentos no son más de mil las personas que, por sus acciones de delincuencia e impunidad, mantienen de rodillas a los casi 14 millones de habitantes.
Dijo a los estudiantes que en el país todo el sistema de seguridad y justicia está fallando; que hoy en Guatemala están muriendo más personas violentamente que durante el conflicto armado interno sufrido durante 36 años.
«El Estado es incapaz de responder en un 2% de los casos», recalcó Castresana, al enumerar las miles de muertes que ocurrieron en 2009 y fue explicando a los universitarios que el gobierno de ílvaro Arzú dejó 12 mil muertos; el de Alfonso Portillo 16 mil guatemaltecos asesinados.
Y siguió, que durante la administración del gobierno de í“scar Berger se acumuló y aumentó en 21 mil la cantidad de muertos, pero que lamentablemente, al ritmo actual de impunidad, se prevé que el gobierno de ílvaro Colom podría superar en 25 mil el número de asesinatos violentos.
ALIMENTOS
El otro problema mayúsculo es la desnutrición y falta de oportunidades en el sector mayoritario concentrado en el área rural, donde hay 49% de malnutrición infantil, calificado de injusticia social inaceptable, refirió.
La mitad de los niños de Guatemala no reciben los alimentos básicos que les permitan crecer como seres humanos completos, con un retardo en el crecimiento que va a superar más tarde en el retardo intelectual, les dijo a los estudiantes.
«Por tanto la creación de una especie de clase de siervos que se cuentan por millones que no van a tener acceso a ninguna oportunidad a la participación pública, a la participación política o a una vida digna. Sin embargo en Guatemala existen los recursos para alimentar a esas personas», subrayó.
Por ello, Castresana instó a los jóvenes diciéndoles que son el primer recurso del país a quien hay que sacudirle la mente para que se comprometan en buscar las soluciones para esos problemas comunes y devuelvan algo a Guatemala que los instruye con la educación superior.