Casa en Misisipi atestigua cincuenta años sin Faulkner


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A cinco décadas de su muerte, William Faulkner sigue atrayendo peregrinaciones literarias a su vieja casa en su ciudad natal en Misisipi.

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Por EMILY WAGSTER PETTUS OXFORD / Agencia AP

Oxford inspiró la ciudad ficticia de Jefferson, el escenario frecuente de sus historias, y mañana conmemorará el 50mo aniversario luctuoso del Premio Nobel con varias celebraciones que incluyen una lectura colectiva de su novela «The Reivers» («La escapada») que comenzará justo al amanecer.

Cerca de 25 mil personas visitan al año la casa Rowan Oak de Faulkner, construida antes de la Guerra de Secesión, la cual es ahora propiedad de la Universidad de Misisipi (Ole Miss, como se le conoce). La meticulosa caligrafía del autor aparece en las paredes de su oficina en la planta baja, donde usó un lápiz para describir la trama de su novela «A Fable», de 1954.

William Griffith, el curador de la casa Rowan Oak desde 1999, dijo que la escritura era una acción «impulsada por un demonio» para Faulkner.

«Siempre se habla de la agonía y los esfuerzos, la dificultad y la compulsión», dijo Griffith. «Nadie habla de lo maravilloso que era, lo relajante o lo hermoso que fue. No fue así para nada, él simplemente hacía lo que tenía que hacer para lograrlo».

El encanto en Oxford es similar al de Cayo Hueso, en la Florida, para los admiradores de Ernest Hemingway y Salinas, California, para los devotos de John Steinbeck.

«Siempre quise venir a verla», dijo Lisa McDanels de Rocky River, Ohio, mientras ella y su esposo recorrían la casa de Faulkner. «Uno piensa: ‘¡Oh! El caminó por aquí»’.

La casa de estilo neoclásico de dos pisos se construyó en 1848 y Faulkner la compró en 1930. Está a una milla (1,6 kilómetros) del centro de la ciudad, pero se siente aislada porque está rodeada por una arboleda compuesta por robles, magnolias, cedros, cornos y madreselvas. Griffith dijo que la casa conserva su espíritu pero que se le ha hecho una importante adición: un sistema para controlar la temperatura.

Faulkner le puso un calentador central en la década de 1930, pero desdeñó el aire acondicionado, a pesar del calor y la humedad del verano. En «The Reivers», un personaje se queja diciendo: «Ya no hay temporadas, los interiores están ideados artificialmente para quedarse en 15 Celsius (60 Fahrenheit) en el verano y 32 C (90 F) en el invierno, a modo tal que los reincidentes como yo deben ir afuera para escapar al frío y en el invierno para escapar del calor».

Al día siguiente de que Faulkner murió, su esposa Estelle, instaló el aire acondicionado para su habitación en la parte superior de la casa.

Ole Miss compró Rowan Oak en 1972 a la hija de los Faulkner, Jill. La casa fue remodelada de 2001 a 2003 y se le instaló un sistema general de aire acondicionado.

Faulkner era famoso por sentarse en la esquina para observar a los que iban y venían en la pequeña Oxford. En 1997, para celebrar el centenario de su nacimiento en la cercana New Albany, Oxford develó una estatua de Faulkner frente al ayuntamiento. Ahora los turistas se toman fotos junto a la pieza a escala natural.

Faulkner y su esposa están enterrados en el cementerio de Saint Peter, al norte de la plaza y los admiradores suelen rendirle homenaje derramando whisky en su tumba.

Donald Kartiganer, profesor emérito de Letras Inglesas y director de los estudios sobre Faulkner en Ole Miss, recordó una vez que charlaba con Salman Rushdie en un recorrido privado por la casa en 2006. Cuando Rushdie vio el escritorio de Faulkner y su máquina de escribir, su voz tomó un tono reverente y preguntó si se podía sentar. Kartiganer accedió.

«Se sentó y puso sus manos sobre la máquina, sin tocar las teclas, simplemente pasándolas por encima, como lo harías si estuvieras junto a una reliquia santa», recordó Kartiganer. «Después puso su mano en su bolsillo y sacó la cámara digital más chiquita que he visto y dijo: ‘¿Me pueden tomar una foto?»’.

El director de la Comisión de Arte de Misisipí Malcolm White compara la fama póstuma de Faulkner a la de otro nativo del estado.

«Es como Elvis», dijo White. «Nunca fue tan grande como ahora».

El profesor de literatura inglesa Jay Watson, el sucesor de Kartiganer como especialista de Faulkner, no estaba totalmente de acuerdo con White, pues a pesar de que no siempre fue muy admirado, el escritor sí fue reconocido en vida en su ciudad.

«Oxford no se le acercó sino hasta que ganó el Premio Nobel» en 1949, dijo Watson. «Antes, la mayoría de la gente en Oxford pensaba que era alguien que hacía quedar mal a la ciudad. De pronto, después de que ganó el Nobel, hacía ver bien a Oxford, porque era un oriundo de esta pequeña ciudad que ganó el premio más distinguido en la literatura».

SEMBLANZA
William Faulkner

William Faulkner (New Albany, 25 de septiembre de 1897 – Byhalia, 6 de julio de 1962) fue un narrador y poeta estadounidense. Su verdadero apellido era Falkner, que cambió por motivos comerciales. En sus obras destacan el drama psicológico y la profundidad emocional, utilizó para ello una larga y serpenteada prosa, además de un léxico meticuloso.

Como otros autores prolíficos, sufrió la envidia y fue considerado el rival estilístico de Hemingway (sus largas frases contrastaban con las cortas de Hemingway). Es considerado el único probable modernista estadounidense de la década de 1930, siguiendo la tradición experimental de escritores europeos como James Joyce, Virginia Woolf y Marcel Proust, y conocido por su uso de técnicas literarias innovadoras, como el monólogo interior, la inclusión de múltiples narradores o puntos de vista y los saltos en el tiempo dentro de la narración.

Su influencia es notoria en la generación de escritores sudamericanos de la segunda mitad del Siglo XX. García Márquez en su Vivir para contarla y Vargas Llosa en El pez en el agua, admiten su influencia en la narrativa, algo que al leerlos emerge más que como una influencia: son sus discípulos.