CARTA ABIERTA AL SEÑOR íLVARO COLOM


ALFREDO ALFONSO GIL, Saifre7@yahoo.com

Según los resultados subsiguientes al nueve (09) de septiembre del año en curso tocante a las elecciones presidenciales, usted salió favorecido en el porcentaje de votos emitidos en las urnas electorales. Esto pone en evidencia que los aires populares de confianza y esperanza soplan a su favor; asimismo, es un mensaje para usted de parte de la población quien le manifiesta que urge un lí­der que extienda las manos para ofrecer y hacer efectivo un proyecto sociopolí­tico incluyente de Nación el cual esté basado en los «Acuerdos de Paz», y que vaya encaminado a favorecer a los diferentes sectores del grueso de la población, que han sido abandonados y esquilmados por muchos años, por esa trinidad diabólica que se ha enquistado en el poder: El poder militar; el clan económicamente poderoso, y los polí­ticos marrulleros, quienes han piñatizado nuestro paí­s a su sabor y antojo.

El paí­s necesita un lí­der siervo, que ponga su capacidad, su idoneidad y honradez al servicio de las mayorí­as. Que llegue a la Primera Magistratura para ejercer el poder solidario y no el poder dominante. No es lo mismo gobernar acompañado por la zorra de la astucia engañando a medio mundo; asaltando y robando lo que le pertenece al pueblo. También acompañado del león del autoritarismo, la represión y la crueldad, que venir con la mente clara a fortalecer el presupuesto de la educación, la salud, la economí­a familiar y la seguridad; éstas son las obras que no se ven, pero son las esenciales para dignificar a un paí­s, traducido en el Bien Común.

Señor ílvaro Colom, yo comprendo que toda campaña polí­tica de esa trascendencia necesita financiamiento para el estratégico despliegue de ésta; es normal que existan sectores del capital que proporcionen los medios económicos al candidato de su confianza y preferencia; no obstante, no debe perder de vista que la mayor riqueza se encuentra en el «Capital Humano», que en última instancia son los que deciden quién dirige los destinos de nuestro paí­s. La primací­a de la persona humana como reza nuestra Ley Fundamental, es la plataforma viviente de lanzamiento donde se puede hacer efectivo un proyecto de Nación, que procure y logre alcanzar los intereses de carácter colectivo; y no mezquinos intereses de persona o grupo alguno.

La democracia se encuentra secuestrada por los verdugos de la libertad, la paz y la dignidad humana; por aquellos que rigen con el león y zorra; í­conos que identifican a la elite que ha gobernado con dientes de acero a este paí­s, el cual merece un destino diferente; porque desde años nos encontramos sumidos en las oscuras y frí­as mazmorras de un paí­s no desarrollado, aunque se nos ponga un bonito apodo de ser un paí­s subdesarrollado o en ví­as de desarrollo. Los guatemaltecos no necesitamos, no queremos a alguien que venga a empuñar, amenazar y a golpear con la mano, cual niño (a) azotado (a) en un hogar donde el maltrato infantil es el pan de cada dí­a. Somos personas adultas, civilizadas; no aceptamos gestos cavernarios; nos asiste la madurez, ya tenemos suficiente con tanta violencia que campea en nuestra sociedad.

Necesitamos a una persona que se despoje de su individualismo, y que se eleve a una conciencia e inteligencia colectiva; visualizando las necesidades de los hospitales públicos abandonados, la educación asaltada en su presupuesto y desviada para favorecer a sectores minoritarios; la seguridad infiltrada de los malos elementos y con un presupuesto raquí­tico; los salarios que lloran sangre, tanto en el sector estatal como el privado, y otros males que aquejan a nuestro paí­s por culpa de las corporaciones del capital y del crimen organizado que tienen a nuestra Guatemala de rodillas desde años.

Tomando en cuenta el comportamiento del votante, y la inclinación hacia su persona, usted tiene más que un simple compromiso, tiene un desafí­o de carácter histórico como guatemalteco que es; el desafí­o es darle cuerpo y forma a la confianza y esperanza que el pueblo de Guatemala está depositando en su persona y su equipo de trabajo. La mili-dinerocracia sólo nos ha dejado una estela de miseria, dolor, muerte, contaminación del medio ecológico, despojo de nuestra riqueza natural y mucho más. HOY Y AQUí, es el momento de formular un proyecto de hermano guatemalteco, que nos induzca y conduzca al Proyecto de Nación que todos anhelamos. A pesar de la gruesa campaña negra; a pesar de la manipulación muchas veces de las encuestas, ¡Adelante señor ílvaro Colom, adelante!

CORDIALMENTE,