Un voto emitido con responsabilidad y conciencia es más que una declaración de principios. Es un testamento a aquello a lo que le asignamos un valor trascendental; una afirmación de aquello que esperamos no sólo para nosotros sino para la nación entera. Es la manifestación individual más potente de aquello que no queremos transar. Guatemaltecos, ojalá que este pasado 11 de septiembre, ante la limitada calidad de candidatos a Presidente, todos hayamos elegido con educación y razón a quienes liderarán el futuro de nuestro país.
alfonso.carrillo@meimportaguate.org
En mi último artículo indiqué que continuaría desarrollando los casos de fraude que había mencionado en ese mismo texto. Sin embargo, el domingo vivimos un momento de inflexión, clave en la historia que construiremos en Guatemala en los próximos años. Por ello, pondré ese tema a un lado por hoy, y lo retomaré en un siguiente artículo.
El fin de semana, el voto –o la falta de él- fue el protagonista. El no votar es una elección al igual que lo es votar. No hacerlo es una elección de indiferencia y de desinterés por el porvenir político de Guatemala. Si usted votó, felicidades por haber asumido su responsabilidad e interesarse por su futuro. Los que votamos, hemos sido partícipes de la elección de quien nos gobernará por los siguientes cuatro años (asumiendo que no hubo fraude involucrado en la votación)
El poder político de todos los ciudadanos se transferirá a un sólo gobierno, encabezado por un sólo presidente.
Antes de continuar, definamos qué hace a un gobernante un buen presidente. ¿Qué características buscamos en el hombre que guiará el futuro de Guatemala? Podemos enumerar algunos atributos “fundamentalesâ€: inteligencia y razón para dirimir cualquier situación que se presente; enfocado y de trabajo arduo; confiable y con valores constructivos para el país. Un presidente debe tener la visión y destreza para sacar a Guatemala del horrible estado en que se encuentra. Nuestro futuro presidente debe actuar con transparencia y demostrar un genuino interés por la mejora de los guatemaltecos.
Considerando lo anterior, aventuro esta carta, reflejo de la esperanza de las y los guatemaltecos que anhelamos una Guatemala más justa.
Señor futuro Presidente,
Usted ha llegado a este punto en las elecciones por las expectativas que ha creado en los guatemaltecos. Nosotros no hemos hecho una apuesta – hemos apostado a su palabra, y ahora le toca a usted. En su campaña política, ya nos informó sobre qué debemos esperar de su gobierno. Sepa usted que no esperamos nada menos.
A partir de enero de 2012, esperamos visualizar el inicio concreto del trabajo para cumplir los cambios prometidos. Estaremos listos para demandar el cumplimento de su previas garantías.
Le pedimos no vernos la cara de ignorantes, como lo han hecho tantos de sus predecesores. Comprenda que sus promesas son más que sólo tácticas de propaganda. El gobierno no es un banco personal del cual se puede aprovechar a su gusto.
Si usted y su partido político prometieron algo, esperamos que lo hayan hecho porque es algo que realmente creen poder cumplir. Si no creen poder hacerlo, retírense con honor para poder darle la oportunidad a aquellos que sí están capacitados para hacerlo. El futuro de nuestro país está en sus manos y han sido elegidos porque el pueblo guatemalteco proyecta esperanza en ustedes. Si realmente son la mejor elección para liderar los próximos pasos de nuestro país, demuéstrenlo con tenacidad, transparencia y efectividad.
No sea corrupto. Compórtese con integridad, demuestre su compromiso, dando guerra frontal a la corrupción y actuando con total transparencia. Nombre a los hombres y mujeres mejor preparados y más competentes para que formen parte de su gobierno.
Transforme el gobierno a un ente eficiente, destituya a los perezosos y trabaje arduamente por eliminar todo gasto que no esté orientado a la educación y formación de niños y jóvenes, la eliminación de la impunidad, el establecimiento del Estado de derecho, la promoción de la inversión y desarrollo, la guerra a la desnutrición y la pobreza. Permitir que todo guatemalteco sueñe con una mejor Guatemala.
Queremos construir una mejor Guatemala bajo su gobierno, No queremos que nos diga que tratará de hacerlo; queremos que lo haga. No nos hable de posibilidades, cumpla sus promesas.
Atentamente,
Guatemala.