El Carnaval de Río de Janeiro esquivó este año el grueso de la crisis global que inquieta al mundo financiero sin cambiar sustancialmente su despliegue, aunque la preocupación, las dudas y también los rezos quedan para el 2010.
En las barracas de la Ciudad del Samba, frente al puerto carioca, los trabajos van a todo vapor para dejar todo listo para los desfiles del círculo de elite de «escolas» el domingo 22 y el lunes 23 de febrero en el mítico «Sambódromo».
Si bien la crisis que estalló en septiembre en Estados Unidos se expandió fuerte a nivel global, llega con retraso a la economía brasileña y afecta en menor grado al Carnaval 2009.
El apoyo municipal, patrocinios, ayudas de algunos socios y el financiamiento oculto de los «capos» del juego ilegal en otros casos, han actuado como dique.
Además, grandes cerveceras mantuvieron e incluso aumentaron su inversión en publicidad y apoyo al carnaval en hasta 25%, como el caso de la Antartica, según un informe del diario Gazeta Mercantil.
El propio presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva autorizó esta semana la liberación de unos 2,6 millones de dólares para distribuir entre las 12 escuelas de samba que desfilarán en la pista de la avenida Marqués de Sapucaí.
Alex de Souza, uno de los directores de la popular escuela Vila Isabel, sintetizó que «este no es aún el carnaval de la crisis, lo que más afecta a las escuelas son problemas internos como deudas anteriores, o problemas de administración».
Para de Souza, el principal efecto de la crisis es que «muchas empresas que podrían haber ayudado dejaron de hacerlo». «Además, el alza del dólar encareció materiales y perjudicó a varias escuelas», acotó.
Por ejemplo, la estatal petrolera Petrobras cortó este año los fondos con respecto a 2008, cuando entregó unos cinco millones de dólares. No obstante colaboró en la búsqueda de socios o inversores.
La multinacional Unilever también desistió de apoyar a la «escola» Beija-Flor.
«La incógnita es lo que va a ocurrir en 2010, cual va a ser la situación», enfatizó de Souza.
El carnavalero indicó que las escuelas gastan alrededor de 2,5 millones de dólares para su despliegue, dinero que se reúne esencialmente gracias a ayuda municipal y derechos de televisión. Hubo algunas afortunadas como Grande Rio, que recibió casi 950 mil dólares de empresas de Francia, país que es centro de su samba «enredo» este año.
En el caso de Vila Isabel no hay patrocinador como el año pasado, cuando tuvo financiamiento de la petrolera venezolana PDVSA. Su principal apoyo externo es reducido y viene del frigorífico JBS, que actúa como socio, colaborando con algo de dinero, y ayuda a organizar shows para recaudar fondos.
El panorama ante la crisis es diverso entre las «escolas».
«La crisis casi ni la sentimos porque ya teníamos comprado más de 80% de los materiales antes. En todo caso creo que la crisis va a quedar para 2010», coincidió en señalar Rosa Magalhaes, directora artística de la tradicional Imperatriz Leopoldinense.
Magalhaes, cuya «escola» desplegará 3.800 componentes, dijo que si bien se trató de no abusar en los gastos, «el carnaval también tiene que tener lujo».
Para de Souza la situación «da igual para mantener un nivel» bueno, y de todos modos, compraron productos importados indispensables como piedras, telas o plumas, además de reciclar otros materiales.
Cuando la crisis llegó, muchas «escolas» ya tenían resueltas cuestiones de materiales y presupuestos.
Los trabajos iniciales para montaje de carros alegóricos y de vestuario en la Ciudad del Samba comenzaron en noviembre, poco después de que se iniciara la debacle, y siguen firmes con unas 200 personas en turnos de 12 horas.
Muchos, ante una perspectiva incierta, apelaron al ingenio.
«Es cuestión de creatividad. Hay que usar la cabeza», dijo el carnavalero de la popular Mangueira, Roberto Szaniecki, que citó el reciclaje como una opción para bajar costos.
Así, Imperio Serrano, que abrirá los desfiles, pondrá en escena un carro coronado por un pulpo hecho con más de 5 mil botellas recicladas de plástico, animado por 16 personas.
A pesar de la situación económica mundial, en este 2009 la fiesta de Momo tendrá como siempre su meca en Rio de Janeiro. Pero los responsables de las escolas miran hacia el futuro y, pensando en el Carnaval 2010, rezan para que la crisis no llegue como una marea.
Alex de Souza
director de la escuela Vila Isabel