Carla Morrison llevará las canciones de su celebrado álbum «Déjenme llorar» hasta Holanda y Rusia en junio, y después tiene ganas de escaparse a la playa, para descansar frente al mar y beberse una michelada mexicana bien fría, preparada con cerveza, limón, sal y chile en polvo.
La compositora y guitarrista, de 27 años, recuerda con melancolía el inicio de esta etapa musical y personal tan satisfactoria que tendrá una de sus últimas citas el 31 de mayo, cuando se presente en el escenario del Auditorio Nacional de la Ciudad de México como parte de su gira «Sin Despedir».
«Honestamente yo no me esperaba todo este éxito. Debo confesar que todavía sufro de pánico escénico, y aún tengo que luchar contra las voces internas en mi cabeza que me dicen que no lo lograré», dijo a The Associated Press el martes, durante una entrevista realizada en la capital mexicana. «Pero cuando me encuentro en esos momentos de crisis, me encomiendo a Dios, que es el que me da fuerza para seguir avanzando y dar lo mejor de mí».
La cantautora mexicana ha vivido años muy intensos, gracias al éxito que le trajo su disco debut «Déjenme llorar» de 2012 que la colocó en la escena internacional y la hizo acreedora a dos Latin Grammy, en la categoría de álbum de música alternativa y otro como canción de música alternativa por su tema homónimo.
Con ese mismo álbum, editado por el sello independiente Intolerancia Records, Morrison se hizo acreedora ayer a un disco de platino por la venta de más de 60 mil copias en México, reconocimiento que le otorgó la Asociación Mexicana de Productores de Fonogramas y Videogramas (Amprofon).
«Han sido dos años de mucho crecimiento, musicalmente hablando, pero también como mujer y como persona. Sobre todo creo que, este disco me ayudó a ser más valiente, más inteligente y a cuidar más el filtro de mis palabras. En todo este proceso no hubo un ‘sí o no’, sino un ‘sí o sí’, dijo Morrison que tras sus conciertos piensa regresar al estudio para trabajar en las canciones que darán vida a su segundo álbum.
La cantautora originaria de la norteña ciudad de Tecate comentó que ya ha comenzado la composición de algunos temas que incluirá en su segunda producción, en la que trabajará con Alejandro Jiménez «Jandro», un joven productor que fue su arreglista en «Déjenme llorar».
Pero «antes de meterme al estudio y hacer cualquier otra cosa, lo único que deseo es ir a la playa, tirarme frente al mar y tomarme una michelada y hacer eso muchas veces», indicó en tono bromista. «Tengo ganas de descansar y encontrarme conmigo misma, porque siento que también me la he pasado trabajando, gracias a Dios, pero también necesito descansar».
Con una ejemplar carrera independiente, Morrison ha logrado en menos de cinco años lo que a muchos de sus colegas les puede costar décadas: ha grabado tres EP, realizó una extensa gira internacional, y recientemente lanzó la productora Pan Dulce, con la que busca impulsar a nuevos talentos.
«Yo soy una artista independiente porque así estoy tranquila. De todas formas, agradezco que algunas disqueras trasnacionales hayan mostrado interés en mí, sólo que las compañías tienen que comprender que soy una chica que escribe sobre el amor, que es emocionalmente inestable, que lloro y que compongo mi música cuando llega el momento y no cuando alguien me presiona a hacerlo», subrayó.
Con esa misma idea de la independencia creativa y para retribuir de alguna forma el apoyo que ella recibió por parte de Natalia Lafourcade y Leonel García, quienes enamorados de su música la invitaron a abrir algunos de sus conciertos hace unos años, Morrison busca apoyar a nuevos talentos a través de Pan Dulce Productions, el sello bajo el cual ya firmó a los jóvenes músicos Mariel Mariel, Vanessa Zamora y Alejandro Jiménez.
«Esto (la productora) no es más que un agradecimiento a la vida porque ellos (Lafourcade y García) me apoyaron cuando nadie apostaba por mi proyecto musical. Nadie dice: ‘Olvidemos el dinero, vamos a hacer el disco’. Esta es mi manera de decir ‘¡Gracias!», señaló.
Tras su debut en los escenarios europeos, la autora de temas como «Lágrimas» y «Sin despedir» planea ir a Sudamérica y Estados Unidos para realizar una serie de presentaciones entre octubre y noviembre próximos.
«Quiero descansar, pero me conozco, y sé que comenzaré a trabajar antes de lo planeado. Ni modo, así soy yo, ¿qué le vamos a hacer», dijo sonriente.