Cardenales se reúnen para hablar de pedofilia


El Papa Benedicto XVI baja del automóvil para asistir a la reunión con los Cardenales. FOTO LA HORA: AFP ALBERTO PIZZOLI

Unos 150 cardenales del mundo entero se reunieron hoy con el papa Benedicto XVI en el Vaticano para hablar de la «respuesta de la Iglesia» a la pedofilia.


Los cardenales, entre ellos los 24 que recibirán el sábado el tí­tulo cardenalicio, fueron convocados por el pontí­fice a una «jornada de reflexión y oración» con el fin de debatir «la respuesta de la Iglesia frente a los abusos sexuales».

Se trata de la primera reunión a un nivel tan alto que se celebra después de que estalló a finales del año pasado un escándalo en Irlanda por la divulgación de dos informes oficiales sobre los abusos sexuales a cientos de menores, cometidos por religiosos de ese paí­s y encubiertos por las autoridades eclesiásticas.

La primera sesión de la jornada fue dedicada a la libertad religiosa en el mundo, un tema de actualidad tras la masacre de católicos dentro de una iglesia en Irak y la condena por «blasfemia» de una paquistaní­ cristiana, Asia Bibi, para quien el Papa pidió públicamente esta semana su liberación.

Al introducir el tema, el Papa recordó que la libertad religiosa se enfrenta al «gran reto del relativismo, que parece completar el concepto de libertad pero que en realidad corre el peligro de destruirla proponiéndose como una verdadera dictadura».

Durante la sesión de la tarde, el llamado «Senado de la Iglesia» abordará el espinoso tema de los escándalos de abusos sexuales que provocaron una de las crisis más graves vivida por la Iglesia católica en los últimos decenios.

El debate será abierto por el cardenal estadounidense William Levada, prefecto de la congregación para la Doctrina de la Fe (el ex Santo Oficio), la entidad encargada de examinar tales crí­menes.

La ola de escándalos por los abusos a menores empezaron primero en Irlanda y se extendieron a Alemania, Austria, Italia, Holanda, Bélgica, además de Estados Unidos y varios paí­ses de América Latina.

En mayo pasado, durante su viaje a Portugal, Benedicto XVI reconoció ante los periodistas que lo acompañaban en el vuelo papal, que la mayor persecución que sufre la institución no viene de los enemigos de «afuera» sino de sus «propios pecados» y reiteró que los culpables deberán responder «ante Dios y la justicia ordinaria».

El escándalo, que puso en tela de juicio el prestigio de la milenaria institución, genera reacciones encontradas dentro de la jerarquí­a de la Iglesia.

«Estoy cansado de que se hable de ese tema, estoy hasta aquí­», dijo el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán señalándose la cabeza al salir de la sesión de la mañana.

«Corresponde a una avalancha periodí­stica», agregó el purpurado latinoamericano, quien es presidente emérito del Consejo Pontificio para la Salud.

El vocero del Vaticano, padre Federico Lombardi, adelantó que no hay que esperarse tanto del encuentro y que el objetivo del Papa es la de «escuchar con atención» las varias posiciones de los cardenales sobre el asunto.

La iniciativa del Papa suscita escepticismo entre las ví­ctimas y sus familiares, quienes exigen a las autoridades de la iglesia católica que «escuchen» y «convoquen» a los magistrados y policí­as que han tenido a cargo los casos.

Representantes de la asociación estadounidense de ví­ctimas SNAP, entre ellas Joí«lle Casteix, de 40 años, viajaron a Roma para protestar contra la actitud de la Iglesia de minimizar el fenómeno.

Además de pedofilia, los cardenales, hablarán de la constitución «Anglicanorum Coetubus», a través de la cual se autorizó hace un año la entrada de cientos de anglicanos a la Iglesia católica.

El sábado, el Papa entregará la birreta roja y el anillo de cardenal a 24 nuevos religiosos, entre ellos al ecuatoriano Raúl Vela Chiriboga, arzobispo emérito de Quito, y al brasileño Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida.

La ceremonia, entre las más solemnes de la iglesia católica, se celebrará en la basí­lica de San Pedro.

Con las nuevas designaciones, el número de cardenales con derecho a voto en un eventual Cónclave por la muerte del Papa llega a 121 miembros.