Cardenal italiano, vinculado con escándalo de filtración


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Uno de los escándalos más grandes de las últimas décadas en el Vaticano al parecer se ha expandido por reportes de que un cardenal italiano podría estar implicado en una lucha de poder que involucra filtración de documentos.

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Por NICOLE WINFIELD y VICTOR L. SIMPSON CIUDAD DEL VATICANO / Agencia AP

En tanto, el mayordomo del Papa, quien fue arrestado por su involucramiento en el escándalo, ha prometido cooperar en las investigaciones.

Paolo Gabriele prometió hoy cooperar con magistrados del Vaticano, lo que incrementa la posibilidad de que se mencionen más prelados de alto rango en la investigación sobre la filtración de correspondencia confidencial que han dejado ver luchas de poder e intriga en los más altos niveles de la Iglesia Católica.

Dos de los más importantes periódicos italianos: Il Messaggero y Corriere della Sera reportaron hoy que Gabriele —arrestado hace tres días por supuestamente filtrar documentos a periodistas italianos— claramente no actuó solo y que un cardenal no identificado es sospechoso de tener un papel importante en el escándalo.

Sin embargo, el portavoz del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi, negó los reportes. Dijo que muchos funcionarios del Vaticano estaban siendo interrogados en la investigación, pero insistió que «ningún cardenal estaba bajo sospecha».

Asimismo, calificó como «pura fantasía» otros reportes sin fuente sobre la investigación publicados en la prensa italiana, que ha estado en franco frenesí desde el viernes, cuando se dieron a conocer los reportes de la detención de Gabriele.

Gabriele fue arrestado el miércoles por la tarde, después que se hallaron documentos que no debía tener en su departamento en el Vaticano. Permanece bajo custodia en una cárcel en el Vaticano, acusado de robo, y se ha reunido con su esposa y sus abogados.

Carlo Fusco, abogado de Gabriele, dijo que su cliente «respondería a todas las preguntas y colaborará con los investigadores para determinar la verdad».

Gabriele, de 46 años con tres hijos, siempre se consideró en extremo leal a Benedicto XVI y a su predecesor, Juan Pablo II, para quien trabajó brevemente. Personas dentro del Vaticano dijeron que estaban desconcertados por su presunta participación en el caso.

El escándalo de filtraciones en el Vaticano salió a la luz en enero, cuando el periodista italiano Gianluigi Nuzzi transmitió cartas de quien fuera un importante administrador del Papa en la que pidió no ser transferido por haber denunciado presuntos actos de corrupción que le costaron a la Santa Sede millones de euros en sobreprecios de contratos. El prelado, monseñor Carlo Maria Vigano, ahora es embajador del Vaticano en Estados Unidos.

Benedicto XVI no ha hecho comentarios directamente respecto del escándalo. Ayer, sin embargo, durante sus apariciones públicas semanales en la ventana de su departamento, dijo que estamos viviendo en una «nueva babel».

Asimismo, el Sumo Pontífice se dirigió a los participantes en una marcha a la Plaza de San Pedro ayer que exigían información sobre Emanuela Orlandi, la hija de un mensajero del Vaticano que desapareció en 1983 a la edad de 15 años.

Varias teorías rodean la desaparición, y vinculan el secuestro a un intento de liberar al agresor turco que le disparó a Juan Pablo en 1981, o por supuestos arreglos financieros con una banda criminal romana.

PAPA
Visita de Chinchilla

El papa Benedicto XVI recibió el lunes en audiencia a la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda, a quien saludó en español con un «Buenos días, presidenta».

La mandataria le respondió «Mucho gusto de conocerle», y le agradeció por haberla recibido. El Sumo Pontífice y Chinchilla mantuvieron una conversación privada que se prolongó durante 22 minutos.

Concluida la audiencia, entró en la biblioteca papal el séquito, formado por el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Enrique Castillo Barrantes; la ministra de Agricultura, Gloria Abraham, y el embajador de Costa Rica ante la Santa Sede, Fernando Sánchez.

Chinchilla regaló al Papa un cuadro con dos grabados hechos a mano por artesanos costarricenses, mientras que Benedicto XVI le donó la medalla de oro de su pontificado.

Posteriormente, la presidenta costarricense se entrevistó con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, y con el ministro de exteriores de la Santa Sede, el arzobispo Dominique Mamberti.

Es la segunda vez que el Papa recibe a un presidente de Costa Rica, la vez anterior fue en mayo de 2006, cuando Benedicto XVI le concedió una audiencia a Oscar Arias Sánchez.

Chinchilla realiza una gira por varios países europeos, entre ellos Francia, Alemania y Suiza.