Cardenal de Sri Lanka es candidato a Papa


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En una de sus primeras acciones papales, Benedicto XVI escogió a un arzobispo de Sri Lanka para que ocupara en el Vaticano un alto cargo relativo a la liturgia y ritos eclesiásticos.

Por KRISHAN FRANCIS
COLOMBO Agencia AP

La elección de Malcolm Ranjith en 2005 recompensó a un firme exponente de la tradición. Y se produjo en una etapa en que la Iglesia católica se pregunta qué grado de innovación tolerará para satisfacer a las congregaciones del mundo en desarrollo.

Ranjith enfrentó prioridades en pugna: la custodia de la tradición contra las presiones reformistas. Y en el debate optó principalmente por el primer camino. Pero también supo actuar con la fineza diplomática requerida a un enviado del Vaticano a fin de establecer las complejas relaciones tanto con la Indonesia de mayoría musulmana como con la nación predominantemente católica de Timor Oriental independizada de Indonesia.

Ranjith, quien en el 2010 fue ordenado el segundo cardenal de Sri Lanka en la historia de su país, ahora es mencionado entre los posibles sucesores de Benedicto si es que los electores del cónclave deciden mirar más allá de Europa para reconocer los cambios demográficos en la Iglesia universal.

Aunque la candidatura de Ranjith tiene varios inconvenientes —Sri Lanka, por ejemplo, tiene 1.300.000 católicos, menos de la mitad de la población de Roma— la creciente influencia del mundo en desarrollo contribuye a mantenerla viva.

El otro posible candidato asiático, el cardenal Luis Antonio Tagle, tiene mucha más proyección como prelado central en las Filipinas, país de amplia mayoría católica. Pero para su ventaja, Ranjith, a los 65 años, es una década mayor que Tagle, tiene experiencia en el Vaticano y se le considera protegido ideológicamente de Benedicto. Todo esto podría atraer la atención de los electores papales que busquen la osadía de un papa no europeo con la garantía de que sea alguien que no vaya a modificar la ortodoxia eclesiástica.

«La calidad de liderazgo del cardenal Malcolm Ranjith es fantástica, excelente, y en especial los sermones», comentó Vijitha Ariyaratna, que trabaja en una iglesia de Colombo. «Las homilías son accesibles, sencillas. Realmente lo admiro».

Pero Ranjith también se ganado adversarios debido a su fidelidad a ultranza al culto tradicional, como la misa en latín, que otros han abandonado.

En el 2009 prohibió que los diáconos laicos predicaran en la arquidiócesis de Colombo; requirió que la comunión solamente se impartiera a quienes se arrodillaran y que la hostia consagrada fuese depositada directamente en la lengua del comulgante, estilo que ha sido abandonado en muchas parroquias en occidente.

Ranjith también prohibió a los sacerdotes introducir elementos de otras religiones en la misa, lo que es cada vez más común ya que las iglesias en algunas zonas rinden homenaje a las costumbres indígenas mediante gestos que van de la música al vestido.

También ha sido objeto de investigación por comentarios suyos que parecieron solidarizarse con el ya fallecido arzobispo ultraconservador Marcel Lefebvre, que se separó de Roma por su distinta interpretación de las reformas del Concilio Vaticano II, que revolucionaron las relaciones de la Iglesia católica con los judíos y permitieron la celebración de la misa en lenguas vernáculas. En 1988, el Vaticano excomulgó a Lefebvre y cuatro de los obispos que consagró sin autorización papal.

El Vaticano está ahora en conversaciones con un grupo disidente fundado por Lefebvre, la Sociedad de San Pío X, para ver si vuelve al redil.