Cárcel para Lindsay Lohan


No es la primera vez que Lindsay Lohan escucha de boca de una juez que debe ir a la cárcel, pero en esta ocasión la cosa parece más seria. Si en 2007 fue condenada a pasar un dí­a entre rejas, aunque cumplió solo una hora y media, esta vez la pena ha subido a 90 dí­as por haberse saltado varias clases para superar la adicción al alcohol.


Las clases eran una de las condiciones, junto con la prohibición de beber alcohol, que le fue impuesta en la libertad condicional tras haber sido arrestada por conducir borracha en 2007. Desde el mes de mayo, Lindsay Lohan, que escuchó entre lágrimas la sentencia, también tiene que llevar una pulsera que detecta si consume alcohol.

En la vista de Lohan testificó Cheryl Marshall, copropietaria del programa de clases educativas que siguió Lohan, y afirmó que la actriz faltó hasta en nueve ocasiones a su cita. Por su parte, Lohan dijo al juez que no se toma su situación «como una broma». «Es mi vida. Es mi carrera. Soy responsable de mis acciones. Lo he hecho lo mejor que he podido. No quiero que piense que no la respeto», aseguró la actriz, que en los últimos años es más conocida por su vida de escándalos que por sus interpretaciones.

A finales de mayo, la juez ordenó la detención de Lohan después de que ésta no compareciera a la vista para revisar su caso. Entonces, la actriz puso como excusa que se encontraba en el festival de cine de Cannes, en Francia, y que alguien le habí­a robado el pasaporte. Revel se reunió con los abogados de Lohan, que obtuvo la libertad condicional tras pagar 100 mil dólares, y ordenó que la artista llevara en todo momento una pulsera que detecta la ingesta de alcohol.