Caos vial dondequiera


¿Qué nos pasa en la capital? Calles, avenidas y calzadas son objeto de un caos vial dondequiera, inclusive involucra las colindancias de colonias satélites. De verdad ya no hay lugar donde tirar una aguja, en unas atrancazones de todos los diablos que desesperan hasta un santo.

Juan de Dios Rojas
jddrojas@yahoo.com

La contradicción es manifiesta por cuanto el mismo hombre y mujer son los responsables de tamaña situación fuera de lo normal, debido a su comportamiento aberrante. Autoridades del ramo tienen la culpa, sin duda; que falta de ordenamiento y coordinación, que falta de señalización.

Esos son los clamores dí­a a dí­a, ajenos a solución conveniente. En vez de actuar con miras a resolver el nudo ciego, impiden transitar en ciertas avenidas, ejemplo la Bolí­var. De consiguiente el relajo cobra y gana terreno, en desmedro de los intereses generales.

Digo el hombre y la mujer ponen su grano de arena, como socios de lotificadoras, al reducir demasiado el área de esas calles y avenidas congestionadas. El resultado viene a ser tales trabazones que afectan la libre locomoción y el costo de más y más combustible perdido.

El desmedido crecimiento capitalino obra también en dicho despelote merecedor de repudio y reacciones hepáticas de pilotos y familiares, en vista que existen colonias prácticamente sitiadas. No sólo fines de semana, el problemón abarca además todos los dí­as.

Aquel señalamiento destinado de justificar trabajos de infraestructura que unas generaciones deben sacrificarse por las venideras, no encaja, tampoco tiene validez ahora. El llevado y traí­do megaproyecto del Transmetro ocasiona a ojos vista un desbarajuste tremendo.

Por otro lado influye fuertemente en la problemática en cuestión, el constante ingreso de más y más vehí­culos, así­ san vendidos en agencias como los llamados «rodados». Todo nos hace falta, entre otras cosas fundamentales la educación en general y la vial en particular.