Las distintas organizaciones polí­ticas y candidatos que buscan ganar cargos de elección popular en las próximas elecciones generales, a realizarse en el paí­s el domingo 9 de septiembre próximo, se las han ingeniado de distinta manera para atraer la atención de los guatemaltecos aptos para emitir su voto.

Desde campañas millonarias, que incluyen la contratación de aeronaves para el traslado de los candidatos presidenciales, hasta el denominado trabajo hormiga (visitas de casa en casa) para anunciarse como la solución a los principales problemas que actualmente afronta la población, se han visto desde la fecha en que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) convocó a elecciones.

En el caso del diputado Alfredo de León Zolano, de la coalición Unidad revolucionaria Nacional Guatemalteca-Movimiento Amplio de Izquierda (URNG-Maiz), ha contratado a un grupo de personas para que realicen la entrega de volantes con su fotografí­a y un mensaje en el cual destaca que «de cada 100 guatemaltecos, 60 viven en pobreza. De cada 100 niños, 49 están desnutridos. Falta al menos un millón de viviendas el paí­s. Diariamente mueren más de 18 ciudadanos de forma violenta».

En otra parte de su mensaje expresa que «con toda seguridad, desde el 14 de enero de 2004 he cumplido el compromiso adquirido en la anterior campaña electoral. Ustedes pueden fiscalizar nuestro trabajo, sólo es cuestión de visitar www.metropolitanaurngmaiz.org. Para qué esperar que la historia me juzgue. Ustedes pueden hacerlo hoy mismo. Se que puedo salir de ello con la frente en alto, respaldado en más de 25 años de trabajo con el único objetivo de servir a toda causa justa.

El diputado De León busca la reelección para continuar en el Congreso por el Distrito Metropolitano.

El ingeniero Mario Estrada, de la bancada Unidad del Cambio Nacionalista, solicitó permiso al Congreso para ausentarse de su curul como diputado representando al departamento de Jalapa y postularse como candidato presidencial.

En parte de su recorrido utiliza un caballo para trasladarse a distintas poblaciones del paí­s ofreciendo «tiempos mejores», además de oportunidades de trabajo y mejores sistemas de seguridad y desarrollo para la población.

Contrario a ellos, el binomio presidencial de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) integrado por el ingeniero ílvaro Colom Caballero y el doctor Rafael Espada se desplazan por todo el paí­s en helicóptero y vehí­culos que incluyen un lujoso autobús pullmann, que ha sido proporcionado por el diputado al Congreso representando al departamento de Petén, Manuel Antonio Baldizón.

De igual manera lo hace el candidato del partido oficial Gran Alianza Nacional (Gana) doctor Alejandro Giammattei y su compañero de fórmula Alfredo Vila, quienes recorren la República ofreciendo seguridad total y la continuidad de algunos proyectos que ha iniciado el actual presidente í“scar Berger.

En el caso del presidenciable del Partido Patriota, Otto Pérez Molina, con el apoyo del candidato a la Vicepresidencia Ricardo Castillo Sinibaldi, posee facilidad de desplazamiento, junto a su equipo de seguridad, que ha tenido que incrementar ante la serie de denuncias realizadas contra de funcionarios y ex funcionarios del actual gobierno a quienes acusó de integrar «escuadrones de la muerte».

Los restantes aspirantes a la Presidencia se movilizan en vehí­culos contando con el mí­nimo de seguridad para resguardar su integridad fí­sica, tomando en cuenta los últimos hechos de violencia que han costado la vida a funcionarios públicos y candidatos a puestos de elección popular, pese a existir un plan estratégico elaborado para brindar seguridad en perí­odo eleccionario, el cual fue diseñado por las autoridades del ministerio de Gobernación conjuntamente con el Tribunal Supremo Electoral.

Otras organizaciones polí­ticas con menos financiamiento para participar en las elecciones no tienen las facilidades de movilización, por lo que recurren al dinero recaudado entre sus afiliados, en su mayorí­a de casos en lo que respecta a las campañas que se realizan en el interior del paí­s para aspirar a las alcaldí­as.