Propaganda política no solo crea contaminación visual, sino que además, podría ser causante de accidentes de tránsito en carretera, debido a la saturación de los espacios públicos, aseguran expertos y ciudadanos.
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Por cada 100 mil vehículos que circulan en el país, se registran 28 accidentes en carretera.
Estos datos son una señal de alarma para los guatemaltecos, pues según estadísticas los accidentes son la segunda causa de muerte en el país, superados por la violencia. En enero de 2011, la Unidad de Protección Vial -Provial-, contabilizó 70 accidentes de tránsito, dos diarios, con el saldo de siete personas muertas y 102 heridas.
Un estudio efectuado por estudiantes de la Escuela de Biología de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), evidencia que la saturación de propaganda política, principalmente en carreteras, podrían ser causantes de accidentes de tránsito.
Juan Fernando Hernández, catedrático titular de la Escuela de Biología, indica que las vallas publicitarias, pintas de árboles, de piedras, basura, humo, tala de árboles; son algunos de los problemas que se pueden evidenciar a lo largo de diferentes rutas de Guatemala, provocando la perturbación ambiental que afecta en la percepción visual de las personas y que podría ser el principal causante de que aumenten los accidentes de tránsito.
Las vallas publicitarias comerciales afectan el entorno, aunque su número sea reducido en algunas zonas. Tan solo una cantidad pequeña de vallas que esté sobre la carretera, solo cinco de estas pueden tener un impacto muy grande, cuando las personas simplemente quieren ver el paisaje, aseguró Hernández.
El problema consiste en que es tanta la información que existe que no se puede procesar toda. Este tipo de contaminación es percibida a través del sentido de la vista que expone diariamente a millones de personas, principalmente en las ciudades, a estímulos agresivos que las invaden y contra los cuales no existe ningún filtro ni defensa.
“Cuando una imagen supera el máximo de información que el cerebro puede asimilar se produce una especie de estrés visual, el panorama perceptual se vuelve caótico y la lectura ordenada del paisaje se hace imposibleâ€, agregó el especialista.
De acuerdo a Elmer López, jefe del área de Desarrollo Rural del Instituto de Análisis e Investigación de los Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos -IPNUSAC-, los carteles en las rutas suelen ocultar características del recorrido, como curvas y cruces, incrementando así la probabilidad de accidentes poniendo en alto riesgo la vida tanto de guatemaltecos como de extranjeros.
La carretera hacia la ciudad de Antigua Guatemala, así como la que conduce hacia el departamento de Quiché, es evidencia de la saturación de propaganda política, según indica Fernando Hernández, en donde un 75 por ciento de automovilistas encuestados, indicaron tener problemas al conducir, debido a la saturación de propaganda política electoral que ha sido colocada a lo largo de la carretera.
Según lo indicado por Elmer López, aunque en Guatemala existe una ley para la regulación de propaganda política electoral, la misma no es conocida por la población, además de no ser respetada por las agrupaciones políticas.
Para ambos expertos, la contaminación visual debe ser considerada definitivamente como un tema ambiental, y se debe de legislar en concordancia; el Estado debe tener una política ambiental global con reglas claras y precisas cuya finalidad sea una mejor calidad de vida para todos.