Camioneteros versus ciudadaní­a


Hay momentos en que los choferes de camioneta son unos vándalos y asesinos y otros en los que son las pobres ví­ctimas de la sociedad y de los mareros.

Roberto Arias

El lector más que nadie sabe perfectamente cuál es la verdadera opinión que la ciudadaní­a se ha formado de estos cerriles cafres armados de volantes, ruedas, velocidad, abuso e impunidad total. No existe autoridad municipal que quiera controlarlos o ubicarlos en donde corresponderí­a que estuviesen.

Como choferes de autobuses deberí­an operar personas sumamente responsables, puesto que manejan armatostes pesados y tratan con los habitantes de una ciudad grande del tercer mundo que ha estado administrada por personas que no han visto más futuro que el de sus propios intereses. En lugar de utilizarlo como ruta para transporte público, vea el lector lo que ha ocurrido con el ferrocarril y el derecho de ví­a ferroviaria en toda la República, incluyendo, obviamente, los derechos de ví­a en la ciudad de Guatemala. De esto podrí­an dar razón Arzú y Berger, así­ como de muchí­sima infraestructura que pertenecí­a al Estado y que ahora está en manos de «Los empresarios» o «Iniciativa privada».

A los camioneteros se les permite todo… todo. Es público que el dúo dinámico de Arzú y Berger tienen amplios intereses en el sistema de transporte colectivo. ¿Por qué cree el lector que es permanente la impunidad con la que los choferes de camioneta dejan inválidas y matan a muchas personas inocentes de diferentes edades y estratos ciudadanos? Sin embargo reciben millonarias sumas económicas por parte del gobierno para sostener su ataque contra la ciudadaní­a.

A algunos ancianos les dan un tamalito para Noche Buena en Tu muni, pero todo el año mandan a todos los ancianos al chorizo cuando quieren utilizar el transporte de autobuses para su movilización, como es su derecho legal. Deben escucharse las quejas que entre lágrimas cuentan algunas ancianas muy pobres, sobre el trato que reciben de los choferes de camionetas, quienes cuentan con la bendición del alcalde Arzú. ¡Qué abuso y prepotencia contra la ciudadaní­a honrada!

Visto y probado está que ílvaro Arzú Irigoyen y los camioneteros, propietarios, choferes y ayudantes se han confabulado en un ataque masivo contra la ciudadaní­a creando caos vehicular en la Capital y creando caos y terror económico contra los propietarios de vehí­culos con los cobros de multas fantasmas que se conocen al gestionar las calcomaní­as para vehí­culos cada año.

El actual Alcalde de la ciudad de Guatemala no es más que un perverso escarnecedor de la ciudadaní­a quien aún, por alguna macabra razón, lo mantiene en esa posición. Dicen algunas viejas santeras de la provincia que éste tiene pacto con el? «Dios sea con nosotros». ¡Quién sabe!

Parecerí­a que la ciudadaní­a de Guatemala está totalmente entorpecida por la multimillonaria y desenfrenada propaganda, a lo hitleriano, maoí­sta o leninista, con la que la alcaldí­a la bombardea a diario. La falaciosa propaganda encubre la mediocridad y la falta de visión futurista de las autoridades ediles en una dinámica ciudad que crece sin control alguno.

El único responsable de la actitud de los camioneteros en la Capital es ílvaro Arzú, a quien algunos ciudadanos le han encargado el manejo correcto de la ciudad y su respuesta? llena de pasión? está ampliamente a la vista. Si no fuera así­, ¿quién cree el estimable lector (a) que es el o la responsable de lo que aquí­ ocurre?