Más de ocho millones de camboyanos están llamados a participar mañana en unas elecciones legislativas marcadas por las tensiones territoriales con la vecina Tailandia y en las que el partido del primer ministro Hun Sen parte como claro favorito para seguir en el poder.
La campaña electoral fue mucho menos violenta que otras precedentes, según coincidieron los analistas, aunque aseguraron que se vio ensombrecida por la crisis fronteriza con el gobierno de Bangkok sobre la propiedad del templo sagrado de Preah Vihear (norte de Camboya), que ha movilizado a miles de soldados de las dos partes.
«La gente está más preocupada por la cuestión fronteriza que por las elecciones», aseguró el director del grupo de observadores Nicfec, Hang Puthea.
El Partido del Pueblo Camboyano (PPC) del primer ministro Hun Sen, en el poder desde hace 23 años, es el claro favorito de los comicios. Ocupaba 73 de los 123 escaños del parlamento saliente y anunció que su intención mañana es lograr, al menos, otra decena de parlamentarios.
Para ello dispone de una organización particularmente eficaz capaz de controlar hasta las aldeas más remotas del reino. Asimismo controla la mayor parte de los medios audiovisuales y la Comisión electoral nacional anunció hoy el fracaso de todos los intentos por ofrecer el mismo espacio en los medios a todos los partidos.
«Los órganos de difusión no han respetado nuestra política y han ocasionado informaciones desequilibradas», denunció el jefe dela comisión, Tep Nytha.
La organización Human Rights Watch también criticó hoy la parcialidad de las cadenas de televisión y radio y denunció las «amenazas» y «actos de intimidación» contra miembros de la oposición para que hiciesen acto de defección.
Hun Sen, de 55 años, ocupa el puesto de primer ministro desde 1985 y ha sabido sacar provecho de las divisiones de su socios de coalición, los monárquicos del Fincinpec, que pueden sufrir un duro revés mañana, según los analistas.
La principal formación de la oposición, el Partido Sam Rainsy (PSR) del antiguo ministro de Economía del mismo nombre, debería quedar segundo en las elecciones y obtener muy buenos resultados en la capital, Phnom Pehn, pero muy lejos del PPC, según los analistas.
Durante la campaña electoral, Sam Rainsy, de 59 años, no cesó de denunciar la «tiranía» de Hun Sen, «la corrupción» en el país y las dificultades económicas debido a una gran inflación.
Camboya sigue siendo uno de los países más pobres de Asia y del mundo. El 35% de los 14 millones de habitantes viven con menos de 32 céntimos de euro diarios.
Pero este reino, apoyado por la comunidad internacional desde el final de la guerra civil , conoce un desarrollo económico rápido, con un crecimiento superior al 10% en los tres últimos años, siendo este el principal argumento en el que se basa Sen para optar a la reelección.