El excéntrico y conservador Boris Johnson se prepara para reemplazar a Ken Livignstone como nuevo alcalde de Londres, puesto que se convertirá en la vitrina de los Tories.
Minutos después del anuncio oficial de su victoria en las municipales, el viernes pasado, el nuevo regidor de la capital británica había asegurado a los londinenses que trabajará «sin descanso» para recompensar a los electores que lo respaldaron y para conquistar a los otros.
El sábado aceptó oficialmente su mandato de cuatro años durante una ceremonia en la alcaldía.
El fin de semana, largo por ser feriado hoy en el Reino Unido, le ha permitido acercarse con tiempo a su nuevo papel, el de un alcalde que administrará un presupuesto de 11 mil millones de libras (14 mil millones de euros).
Según su entorno, mañana debería dar el puntapié inicial al trabajo que suponen sus principales promesas de campaña como la lucha contra el crimen en el transporte público con el reclutamiento de 440 policías para el metro y los trenes y el despliegue de puertas y detectores de metales móviles en las estaciones.
«Los últimos días han sido muy, muy excitantes, y muy, muy agotadores. Pero es el trabajo más fantástico del mundo político británico», confesó ayer Boris Johnson, de 43 años, durante una aparición en Trafalgar Square donde se celebraba el Año Nuevo sijs.
Al quitar a Livingstone el puesto creado en el año 2000, Johnson ofreció al Partido Conservador su primer mandato importante desde que fue expulsado del gobierno por el Partido Laborista liderado por Tony Blair en 1997.
Ahora la alcaldía londinense será la vitrina de las políticas conservadoras de David Cameron de cara a las próximas legislativas, previstas para mayo de 2010.
Al lanzar ayer una operación para volver a conquistar a los británicos después de la mayor derrota laborista en 40 años, el primer ministro británico, Gordon Brown, afirmó que Londres será «un experimento para el Partido Conservador».
El partido «tiene una muy buena técnica de promoción que es muy hábil y muy impresionante (…) Pero ¿y el contenido?. Eso lo veremos», añadió Brown.
Para Andrew Rawnsley, editorialista del semanario dominical The Observer, «al entregarle Londres (a Johnson) para que se divierta, los londinenses han aceptado generosamente participar en un proyecto piloto de los conservadores al estilo Cameron para educar al resto del país».
«Si daña la capital, ya puedo redactar el eslogan laborista de las próximas elecciones: «No deje que Cameron haga en el Reino Unido lo que Boris ha hecho a Londres»».
Además de los resultados de una gestión al estilo conservador, la personalidad de Boris Johnson, ex periodista, podría convertirse en un regalo envenenado para David Cameron, destacaron los observadores.
El asunto es saber si «Major Johnson» le ganará terreno a «Boris el bufón» más conocido para el público por su humor y sus repetidas metidas de pata que por su acción en el seno de su circunscripción en Henley (sur), de la cual es diputado desde 2001.
Al aceptar su cargo, Johnson afirmó que tiene pensando efectuar una «eutanasia humana» de los responsables de la municipalidad que se opongan a él y bromeó acerca del futuro de Livingstone, quien debería estar «calentando» las cortadoras de papel.
«Â¿Qué hace usted con un problema como Boris?» se había preguntado dos años atrás David Cameron, compañero de Johnson durante sus estudios en Oxford.