La economía mundial «está cambiando de dirección» y, aunque no es el escenario más probable, no puede excluirse una recesión estadounidense en el mercado inmobiliario, advirtió hoy el Banco Mundial.
«La economía mundial está cambiando de dirección» y «están dados los ingredientes para un suave aterrizaje», lo cual es el escenario más probable, estimó Hans Timmer, encargado del seguimiento de las tendencias mundiales, en ocasión de la publicación el miércoles del informe semestral de coyuntura del Banco Mundial (BM).
No obstante estos períodos de transición están siempre llenos de incertidumbres y «hay ciertos riesgos», destacó.
El BM calcula un crecimiento mundial de 3,2% para el año próximo, después del 3,9% de este año. Los países en vías de desarrollo deberían alcanzar un mayor crecimiento ( 6,4%) que los países ricos ( 2,4%) en 2007, después de una diferencia similar en 2006 ( 7% contre 3,1%).
La institución considera en el informe que muchos factores podrían conducir a «una desaceleración más marcada» de la economía, en particular vinculada con los mercados inmobiliarios.
El documento compara la situación actual con la de inicios del Siglo XX, que registró un fuerte crecimiento económico. «Pero en vez de seguir como preveían los principales economistas en esa época, el mundo se sumergió en la Gran Depresión».
El banco cita cuatro grandes riesgos:
En primer lugar, una crisis inmobiliaria podría provocar una recesión en Estados Unidos. El mercado se ha dado vuelta este año y hay riesgo de que la desaceleración sea mucho más importante, destaca el Banco, según el cual «un golpe así provocaría una recesión» en ese país.
Esto conduciría a una desaceleración del crecimiento en otras partes del mundo, «pero no forzosamente a una recesión, en particular en los países en desarrollo», estimó Timmer.
En segundo lugar, un período de efervescencia de la economía mundial podría conllevar luego un enlentecimiento más marcado. Además, «podrían continuar apareciendo presiones inflacionarias» y no se puede excluir que los precios de las materias primas aumenten aún más.
En tercer lugar, el impacto del petróleo podría perturbar el crecimiento.
Por último, los desequilibrios mundiales podrían tener problemas para reabsorberse. Según el Banco, el riesgo a mediano plazo es que, por ejemplo, los ajustes se hagan por vía financiera, si «los inversores pierden rápidamente confianza en el dólar, provocando una crisis cambiaria, tasas de interés más elevadas y pánico en los mercados financieros».
El informe, titulado «Perspectivas económicas mundiales 2007: afrontar la nueva etapa de la globalización», dedica gran parte a los desafíos y oportunidades de la globalización de los mercados.
El documento además insiste en que, si bien la expansión de la economía mundial podría redundar en un descenso de la pobreza, llevando el número de personas que viven con menos de un dólar al día de 1.100 millones actualmente a 550 millones en 2030, existe el riesgo de que crezca la disparidad de ingresos en muchos países y que algunas regiones queden rezagadas, en particular Africa.
Asimismo, el estudio añade que los países en desarrollo que actualmente «aportan el 40%» de las importaciones de bienes manufacturados a los países desarrollados, «posiblemente representen más del 65%» para 2030.
El BM también advierte que «la próxima etapa de la globalización podría someter a fuerte presión los ’bienes comunes de la humanidad’, lo cual podría hacer peligrar el proceso a largo plazo».
En particular, el texto destaca el calentamiento global como «un grave riesgo».
«Debido al aumento de la producción, las emisiones anuales de gases de efecto invernadero aumentarán en torno a un 50% para 2030 y, probablemente, se duplicarán para 2050 si no hay un cambio general de políticas», indica el estudio.
Los países en desarrollo alcanzarán un crecimiento económico récord de 7% del producto bruto en el año 2006, señaló hoy un informe del Banco Mundial que destaca asimismo los riesgos ambientales ligados al incremento del ingreso medio en los próximos 25 años.
Según el informe «Perspectivas económicas mundiales 2007: afrontar la nueva etapa de la globalización», las naciones en desarrollo crecerán 7% en el año que termina, y un poco menos en 2007 y 2008, aunque de todos modos el crecimiento sería superior a 6%.
Para los países desarrollados, el crecimiento medio del producto interno bruto se ubica en un 2,6% según las previsiones de la entidad financiera multilateral.
El informe destaca que en los 25 años que vienen, «la globalización podría generar un crecimiento del ingreso promedio más rápido que el registrado durante el período 1980-2005».
El estudio indica que la economía mundial podría producir un total de 72 billones de dólares en el año 2030, contra menos de la mitad, 35 billones en 2005.
«Si bien este resultado representa sólo una leve aceleración con respecto al crecimiento mundial de los últimos 25 años, está impulsado más que nunca por el sólido desempeño de los países en desarrollo», afirma Richard Newfarmer, principal autor del estudio, citado en la información divulgada por el BM.
El informe insiste en que si bien esta expansión de la economía mundial podría redundar en un descenso importante de la pobreza en el mundo, llevando el número de personas que viven con menos de un dólar al día de 1.100 millones actualmente a 550 millones en 2030, existe el riesgo de que crezca la disparidad de ingresos en muchos países, y que algunas regiones queden rezagadas, en particular ífrica.
Asimismo, el estudio añade que los países en desarrollo que actualmente «aportan el 40%» de las importaciones de bienes manufacturados a los países desarrollados, «posiblemente representen más del 65%» para 2030.
Por otra parte, las compras de los países en desarrollo podrían convertirse en un «motor de la economía mundial».
A pesar de dibujar un panorama alentador, el estudio del BM advierte que «la próxima etapa de la globalización podría someter a fuerte presión los ’bienes comunes de la humanidad’, lo cual podría hacer peligrar el proceso a largo plazo».
En particular, el texto destaca el calentamiento global como «un grave riesgo».
«Debido al aumento de la producción, las emisiones anuales de gases de efecto invernadero aumentarán en torno a un 50% para 2030 y, probablemente, se duplicarán para 2050 si no hay un cambio general de políticas», indica el estudio.
Por eso llama a «promover el crecimiento ’limpio’ y limitar las emisiones manteniéndolas en niveles que a la larga estabilicen las concentraciones atmosféricas» de estos gases.