El calentamiento global es, en la actualidad, la mayor causa del cambio climático que ocurre en la Tierra. El cambio climático, de hecho, ya inició con enormes desastres para los habitantes del planeta y se esperan fenómenos que podrían causar desastres aún mayores, algunos previsibles y otros totalmente imprevisibles y, hasta cierto punto… inimaginables. Se verán álgidos fenómenos en el campo de la salud humana, lo cual sería uno de los caballos apocalípticos que galoparían alrededor de la Tierra en la etapa del calentamiento global y cambios climáticos que vislumbro en el futuro no lejano.
La salud humana seguramente será una etapa de crueles y desconocidas enfermedades debido a la proliferación de seres microscópicos que serán estimulados por los abruptos cambios de temperaturas ambientales, excesos de calor, humedad, fríos y sequías, así como se dispararán las impronosticables mutaciones en esos mismos seres microscópicos y otros macroscópicos.
Las enfermedades se convertirán en pandemias ?como el caso típico del sida- con altísimos costos sociales, económicos, y muertes como jamás se ha visto o se ha sabido en la historia escrita u oral. Estas pandemias serán globales y todo el valor económico del petróleo ?incluyendo el de Irak-, el oro, las maderas preciosas y todo el recurso natural que se ha extraído a la tierra de una manera abusiva, ilegal y prepotente, no alcanzaría para prevenir o paliar las enfermedades que sobrevendrán; menos aún para o erradicarlas.
Quién sabe cuántos humanos sobrevivirán al caos que se avecina en la Tierra. En pocos cientos de años, supongo, el ser humano tendrá que haber realizado mutaciones en su organismo, tanto interna como externamente, para lograr su adaptación a la Tierra del futuro. El abuso, la voracidad, la codicia, la avaricia, el egoísmo y el egocentrismo de la humanidad han logrado sacar de balance el orden en el que la Tierra le fue entregada a los primeros que la poblaron. El nuevo becerro de oro cobra ahora la factura a la humanidad entera, porque muchos se inclinaron y lo adoran con profundo fervor.
El huracán Stan ocasionó que Guatemala y los guatemaltecos pudieran experimentar algunos efectos dolorosos del cambio climático. Los Estados Unidos y México han padecido grandes pérdidas humanas y materiales debido a los huracanes Katrina y Rita que desataron una furia tremenda sobre la parte Norte de nuestro continente. Estos huracanes serán recurrentes y quizás gemelos -al unísono-, cada vez cobrando mayor fuerza y casi seguramente cambiando sus rumbos de manera imprevisible, lo cual puede hacer que Guatemala también sufra daños que no está preparada para amortiguar.
Las cuencas guatemaltecas y de la región mesoamericana deben ?obligadamente- reforestarse intensivamente, así como deberían los guatemaltecos reforestar masivamente al país. Esa es una de las formas para dar alguna protección a las poblaciones, a los cauces y cuerpos de agua y a los cultivos. Deberían cancelarse, por de pronto, todo tipo de licencias para minería y extracción de metales preciosos y no preciosos, hasta no tener la plena evidencia de que las poblaciones estén totalmente resguardadas de los efectos iniciales de los cambios climáticos y del envenenamiento por las aguas ácidas residuales de las minas.
Estas serían, inicialmente, acciones concretas efectivas y eficaces para mitigar los temibles efectos del cambio climático en Guatemala y mesoamérica.