El cambio climático artificial dio inicio hace muchos años, pero hasta ahora el ser humano está sintiendo físicamente el efecto causado sobre el clima terrestre por el avance tecnológico.
Para identificar las causas de degradación, dentro del universo de las ciencias ambientales y ecológicas, deben integrarse todos los elementos que sean incidentes o coadyuvantes a la pérdida de los componentes naturales que sirvan de protección y resguardo a la vida y al planeta Tierra. En lo que en este momento me ocupa y me preocupa es la «información» vertida a través de algunos medios de comunicación escrita, radial, televisiva y de internet, porque la desinformación es un grave coadyuvante que hace tropezar a la buena fe de los ciudadanos que quieran mantener o cambiar sus costumbres hacia el mantenimiento de la buena conservación ambiental.
Existen radiodifusoras que están al total servicio del galopante capital salvaje guatemalteco. Existen programas radiales, como por ejemplo el de una mujer que da un espectáculo repugnante, en el que se califica a los ambientalistas y a la gente pobre como comunistas; en el que se establece que los recursos naturales son para el único uso y beneficio de su explotación para crear más capital y, quien se oponga a esto es simplemente estúpido o comunista.
La mujer conductora del programa parece ser graduada universitaria y seguramente pasó por la universidad, pero no para aprender y llenar con conocimiento lo vacío de su mente, su criterio y su alma, sino debe haber ido a una de esas universidades que proliferan por el mundo, en donde los estudiantes van para que les laven el cerebro, el espíritu y la conciencia… para que los hagan más animales y se pongan al servicio de la adoración al nuevo becerro de oro… El capital salvaje globalizado.
Pero los medios escritos también cometen pecados tremendos contra la sociedad y se ponen en evidencia con crímenes de lesa humanidad al desinformar de una manera flagrante a la ciudadanía guatemalteca, quien en su generalidad tiene muy poco hábito de lectura y, dentro de su desconocimiento, la desinformación impacta con mucho mayor fuerza en su psico y en su ser.
El matutino elPeriódico, el martes 220507, en página 8, publicó una nota escrita por Claudia Benavente. Casi al final de la nota, la señora Benavente afirma que «…también discutirán qué hacer con la caoba, pues otros países proponen ponerla en el Apéndice II, lo que dificulta su comercialización, y Guatemala es uno de los principales exportadores a través de plantaciones privadas». (sic) La negrilla es mía.
Desde el punto de vista técnico, puedo informar a los lectores que la señora Benavente publicó una total desinformación. La información técnica, según un estudio profesional realizado por Greenpeace Internacional, nos demuestra que no existe en América plantación exitosa de caoba alguna, debido a razones que he expuesto en múltiples oportunidades en artículos periodísticos.
La antítesis de la información es la desinformación y, la desinformación no es más que dar información intencionadamente manipulada al servicio de ciertos fines o, proporcionar información insuficiente u omitirla.
Para el conocimiento de los lectores del Diario La Hora, la caoba se lleva entre 50 y 75 años para llegar a su punto para ser cosechada. ¿De cuáles plantaciones privadas escribiría la señora Benavente?