Después de muchos años de separación, la Cámara de Comercio de Guatemala se ha reincorporado al Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF). Si mal no recuerdo, las diferencias que tuvieron en aquella época los señores comerciantes con el CACIF tenían que ver con el eterno problema que genera no tener un libre mercado de divisas.
En Guatemala la política cambiaria que utiliza el Banco de Guatemala se basa en lo que se conoce como flotación sucia; intervenciones en el mercado de compra o venta de divisas cuando las variaciones del tipo de cambio salen de parámetros preestablecidos. El tener este tipo de política genera una obvia desconfianza de los agentes porque aunque está basada en un mecanismo supuestamente técnico, la política tiende a estar peligrosamente cerca de los técnicos de la banca cuando así lo necesitan y la intervención pasa con enorme facilidad de la técnica a la política.
Es mi opinión que del CACIF emanan acciones y opiniones positivas y negativas para el país pero en general reconozco el esfuerzo organizado de los empresarios de Guatemala por hacer propuesta que, en su mayoría, construye empresa, genera empleo y por ende desarrollo. Con satisfacción veo que en los últimos años los empresarios han dado oportunidad a nuevos líderes para que dirijan el comité y sus cámaras miembros, asunto que sin duda ha transformado de forma positiva al organismo. En algunas oportunidades como cuando se trata de crear legislación proteccionista o barreras arancelarias y no arancelarias para proteger sus mercados es cuando creo que traicionan sus principios. También creo que el Comité y las Cámaras han madurado con el tiempo y cada vez hacen más propuesta constructiva con solvencia moral y esto no puede sino alegrarnos a todos los guatemaltecos porque la fuerza y dedicación de los empresarios es sin duda una fuerza indispensable para que el país salga adelante. Aunque en estos últimos años CACIF y Cámara de Comercio han estado alineados en la mayoría de temas importantes se hacía muy necesario que se presentaran como una sola cara de manera formal.
Creo que está claro para casi todos los guatemaltecos que poco a poco nos acercamos a peligrosos estados de ingobernabilidad y de democracia fracasada. El sistema político del país está totalmente infiltrado por las fuerzas organizadas de la corrupción. La impunidad campea a lo largo y ancho del país sin que lleguemos a ese desagradable pero a veces anhelado punto de inflexión que nos lleve de vuelta al camino del verdadero cambio. El pueblo de Guatemala tiene muchos años de estar aguantando lo que le toca y esto obviamente no durará para siempre. Es tarea de todos, claro, pero para evitar que lleguemos a ese peligroso punto de inflexión o que cuando lleguemos tengamos la fuerza para resurgir como nación, es fundamental que todos los sectores productivos del país estén unidos y organizados haciendo un mismo frente. No cabe duda que el CACIF tiene, además de su fuerza empresarial, una posición de poder político que implica responsabilidad y solo en la medida que esa responsabilidad sea asumida con valentía y apego a principios es que tendremos un verdadero chance de dar un salto cuántico que nos permita tener como resultado el encaminarnos en la vía del desarrollo. Importante será contar con un sector empresarial unido para seguir manteniendo la estabilidad macroeconómica; también será fundamental verles unidos de cara a los distintos procesos de selección en las venideras comisiones de postulación y sobra decir lo trascendental que será su nuevo rostro ante el próximo ejercicio electoral legislativo y presidencial.