Calidad de vida dispar pero son tierra fértil


De Lima a Montevideo, pasando por Bogotá, y Rí­o de Janeiro, las principales ciudades de América Latina revelan desigualdades en el acceso de sus ciudadanos a las condiciones que mejoren su calidad de vida, pero al mismo tiempo son tierra fértil para proyectos que miran al futuro.


Así­ lo afirmaron el viernes en Parí­s responsables polí­ticos, institucionales y económicos de organismos internacionales y empresas privadas de la región en la conferencia «Ciudades latinoamericanas y calidad de vida: estado de situación y perspectiva», organizada por la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y la Corporación Andina de Fomento (CAF).

En los últimos 20 años, la región ha sido escenario de avances en materia de vivienda, transporte, espacios públicos, acceso a educación y salud, pero «todaví­a queda mucho por hacer», afirmaron los organizadores de la conferencia, a la que asistieron más de un centenar de investigadores, responsables locales y representantes polí­ticos ciudadanos.

«Debe preocuparnos la disparidad en las condiciones económicas porque condicionan el acceso a los servicios básicos», consideró Pablo Sanguinetti, director de Investigaciones Socioeconómicas de la CAF.

Sin embargo «la calidad de vida depende muchas veces de muchos más elementos que no tienen que ver con los ingresos» sino con «la seguridad, el acceso a la cultura, al transporte público y a la educación», afirmó.

Sanguinetti destacó el papel que juegan los tres indicadores -mortalidad, tasa de alfabetismo y esperanza de vida- que permiten establecer el «grado de convergencia» de los habitantes de una ciudad, es decir la calidad de vida y el bienestar «que es lo que nos importa».

«Â¿De qué forma las ciudades pueden generar más convergencia entre los Estados, las regiones y entre sí­ mismas para tener un impacto en el desarrollo», se preguntó luego Michael Penfold, subdirector de Polí­ticas Públicas y Competencia de la CAF.

Según Penfold, debe avanzarse en «estrategias de desarrollo local» que permitan promover las inversiones, como el caso de la agencia de promoción «Invest Bogotá» que permitió un «exitoso proceso de transformación» de la capital colombiana a partir de la «marca de la localidad».

Otro caso fue el de «Tramifácil» en Lima que permitió incrementar en 600% la formalización de negocios en 2007-2008 en un paí­s donde el «gigantesco» mercado informal laboral tiene que ver con los altos costos administrativos.

La «promoción de clusters (grupos) productivos» es otra de las exitosas experiencias en la región entre las bodegas de Mendoza (Argentina), que permitió «consolidar» las mejoras que se habí­an obtenido en la producción y en la exportación.

El estado mexicano de Chiapas es un ejemplo de revalorización de una región pobre, caracterizada por un «conflicto y por la violencia», tierra fértil en un proceso de «transformación social y turí­stica» que permitió dinamizar a las pequeñas y medianas empresas, explicó.

Desde el punto de vista institucional, la ciudad de Rio de Janeiro, con sus seis millones de habitantes, enfrenta el desafí­o de adaptar su infraestructura urbana en previsión de los Juegos Olí­mpicos de 2016, explicó Eduarda La Rocque, ministra de Economí­a de la segunda ciudad de Brasil.

El gobierno local, que quiere introducir el concepto de «meritocracia» en el sector público, se propone dos proyectos claves: revitalizar el Puerto de Rio al estilo de Puerto Madero (Buenos Aires) y reestructurar el transporte urbano.

Montevideo, donde la intendenta Hyara Rodrí­guez comparte la sugerencia del Premio Nóbel de Economí­a, Josep Stiglitz, de establecer el í­ndice de «Felicidad Nacional Bruta» para medir la calidad de vida de los ciudadanos, presentó el proyecto de renovación del transporte público que prevé la interconexión de los barrios de la ciudad y el desarrollo de cicloví­as.

El punto de vista industrial lo ofreció, Philippe Delleur, gerente para América Latina del grupo francés Alstom, quien lamentó que para los latinoamericanos «el único criterio de elección sea el precio» y que hasta ahora no hayan reflexionado sobre una «visión integrada del desarrollo».

Delleur defendió la «intermodalidad» como «única solución» a nivel de transportes en las ciudades de la región y al tranví­a como la mejor opción, inclusive hasta para los polí­ticos.

«Un alcalde pude anunciar la construcción del tranví­a e inaugurarlo antes del fin de su mandato», comentó el avezado industrial al destacar las virtudes de un medio de transporte más ecológico que está volviendo a imponerse en los paí­ses del Mediterráneo.