Calderón revive grito original en magnos festejos por bicentenario


Una integrante de las celebraciones del Bicentenario de México, en las actividades realizadas en el Zócalo. FOTO LA HORA: AFP Luis Acosta

El presidente de México, Felipe Calderón, escenificó hoy el histórico grito de independencia en Dolores, estado de Guanajuato, para conmemorar el bicentenario de la emancipación del paí­s, en el segundo dí­a de magnas celebraciones, bajo un fuerte despliegue de seguridad.


«Viva la virgen de Guadalupe, viva la América por la cual vamos a combatir», exclamó Calderón al recitar la arenga original pronunciada hace 200 años por el cura Miguel Hidalgo, considerado «padre de la patria», quien tocó las campanas de la iglesia local antes del amanecer de un domingo 16 de septiembre para convocar por primera vez a los mexicanos a sublevarse contra la corona española.

Calderón viajó en la madrugada del jueves a Dolores, a 400 km de la capital, horas después de haber encabezado en el Zócalo (plaza central) de la capital mexicana, la tradicional ceremonia del «grito» ante más de 60 mil personas, .

Inmediatamente después el mandatario regresó a Ciudad de México donde pasará revista, poco antes del mediodí­a, a las Fuerzas Armadas que realizarán un desfile que iniciará en el Zócalo (plaza central) y recorrerá el turí­stico Paseo de la Reforma.

En el desfile estarán presentes delegaciones militares de 17 paí­ses amigos de México, entre ellos la de España, además Estados Unidos y Francia, que en el pasado protagonizaron invasiones a territorio mexicano.

Desde el Palacio Nacional, Calderón pasará revista a las tropas mientras el espacio de Ciudad de México será surcado por aviones de la Fuerza Aérea.

Al iniciar su mandato en diciembre de 2006, Calderón convirtió al Ejército mexicano en el eje de su estrategia de combate al crimen organizado con más de 50 mil militares desplegados en distintos puntos del paí­s, principalmente en el norte, donde los cárteles de la droga se disputan las rutas hacia Estados Unidos.

La estrategia militar de Calderón ha sido duramente criticada por la oposición y organizaciones sociales pues, señalan, no ha frenado la ola de violencia que ha dejado más de 28.000 muertos desde diciembre de 2006 y los elementos del Ejército han sido acusados de violación a los derechos humanos.

Los festejos por el bicentenario iniciaron la tarde del miércoles con una ceremonia prehispánica en el Zócalo, seguida de un desfile de carros alegóricos por el turí­stico Paseo de la Reforma y conciertos en distintos escenarios instalados en la zona centro de la megaurbe.

El momento culminante fue cuando Calderón salió al balcón del Palacio Nacional para lanzar el tradicional «grito» ante más de 60.000 personas reunidas en el Zócalo, según estimaciones de la alcaldí­a.

«Â¡Vivan los héroes que nos dieron patria! ¡Viva la independencia nacional, viva el bicentenario de la Independencia, viva el centenario de la Revolución! ¡Viva México!», gritó Calderón, haciendo sonar una campana y con la bandera mexicana en mano.

Los festejos del bicentenario se realizaron en medio de fuertes medidas de seguridad que incluyen el despliegue de 74.000 militares y policí­as, para evitar que la violencia del narcotráfico empañe la celebración.

En un hecho de violencia ligado al crimen organizado, la tarde del miércoles un enfrentamiento entre militares y presuntos sicarios del narcotráfico dejó ocho muertos en una carretera de una zona rural del estado de Nuevo León, a menos de 100 km de la frontera con Estados Unidos, informó la fiscalí­a local.

El mal clima empañó las celebraciones en distintos poblados de Veracruz (este), inundados por las lluvias de las dos últimas semanas, mientras que la pení­nsula de Yucatán era afectada por el avance de la tormenta tropical Karl.

CELEBRACIONES Desahogo


Durante dos dí­as el grito de «Viva México» ha servido como un desahogo colectivo repetido por las gargantas de millones de mexicanos que, obviando la amenaza de la violencia, se han volcado a las calles para festejar el bicentenario de su Independencia.

El «Viva México» ha sido repetido desde humildes vendedores de tortillas hasta el presidente Felipe Calderón, que este jueves volvió a usar la fórmula al revivir en Dolores la proclama original con el cual el cura Miguel Hidalgo llamó a la insurrección contra la corona española.

«Sí­, ha sido un desahogo. Los propios gobiernos nos pidieron quedarnos en casa y ver el espectáculo por televisión. Pero es un momento difí­cil y tení­amos que estar aquí­. Lo necesitábamos», dijo a la AFP Daniel Vázquez en la plaza del Zócalo de la Ciudad de México, colmada por más de 60 mil personas.

Son muchos meses los que lleva el crimen organizado cometiendo atrocidades casi a diario que han pesado en el ánimo del paí­s, además de fracturar su imagen exterior.

Pero las ceremonias del bicentenario lograron vencer el escepticismo que se ha apoderado de muchos mexicanos y llevaron a millones a las calles, para presenciar los conciertos y desfiles, así­ como la parada militar de este jueves en la que participan ejércitos de 17 paí­ses.

La desconfianza, que la hubo, habí­a sido alimentada por las imágenes de horror que cotidianamente se instalan en telediarios y las primeras planas de los diarios. Pero también por el antecedente inmediato de 2008, cuando una ceremonia de la Independencia culminó en tragedia en Morelia (oeste), donde la explosión de dos granadas mató a ocho personas y dejó un centenar de heridos.

Este año además los mexicanos han visto como las organizaciones criminales amplian su repertorio de terror con la explosión de coches bomba y la matanza de 72 emigrantes.

«Tení­a temor, sobretodo por mi mujer y mis hijos. Pero no podemos vivir con miedo porque eso es admitir que ellos están ganando. Hay que tomar precauciones pero no tener miedo», explica Juan Cervantes, que asistió con su familia desde Guanajuato (unos 400 km al norte) aprovechando el puente.

Pese a la fiesta, muchos aceptan que hace tiempo que no ven razones para festejar.

«Â¿Qué pasa con todos los pobres que hay y con los que tienen agua en su casa (de las inundaciones en sur y este del paí­s)? Todo lo que se ha gastado aquí­ deberí­a haber ido para ellos. ¿Te imaginas lo que les importa ahora el bicentenario?», cuestiona Gregorio Espinosa, de 74 años.

Conciertos, desfile y un espectáculo pirotécnico de luz y de sonido fueron parte del programa de celebración, que tuvo una factura de 40 millones de dólares y que decepcionó a muchos.

Carmen Vicente, como una gran parte del público, silbó con ganas contra los repetitivos números de mariachis en el Zócalo. «Sí­ queremos mariachis, pero uno de a de veras (auténtico). Tenemos tantos en México…».

«Esperábamos más de esta fiesta, por lo que nos habí­an anunciado y por lo que se gastaron», sostiene Alberto Núñez.

A otros el festejo sí­ los dejó satisfechos, como a Gerardo Sánchez, quien considera «que los fuegos pirotécnicos estuvieron bien. Las actuaciones también… pero sobretodo la seguridad, me pareció muy dura».

Y es que, a pesar de algún episodio de violencia en otros lugares, en las portadas del jueves se impusieron las imágenes de fiestas y el reporte de ningún incidente destacable en ningún festejo.